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Jungkook nunca puso atención especial al ambiente familiar del que Taehyung estaba rodeado, supuso que sería algo muy duro debido a que todos eran alfas, alfas pura sangre.

Debía ser intimidante para un pequeño niño.

También creyó que el afán del pelinegro por ser un alfa, se debía a que había crecido rodeado de ellos y sentía admiración.

¿Se había equivocado?

Porque el corazón se le rompió cuando llego al parque donde solían jugar y vio al pelinegro con la cabeza agachada y la nariz roja, sentado en aquella solitaria banca mientras el aire revolvía sus rebeldes cabellos.

Había estado llorando. Lo sabía, lo sintió.

—TaeTae— Lo llama cuando esta cerca, Jungkook siente su lobo triste y asustado. — ¿Qué pasa?— Pregunta angustiado, mientras se arrodilla frente a él, sujetándose de las rodillas del pelinegro.

El alfa mayor levanta la vista, sus ojos se ven rojos, sus pestañas aún están húmedas, tiene rastros de lágrimas secas por sus mejillas.

El lobo de Jungkook aúlla triste ante la vista, dispuesto a morder la yugular de cualquiera que haya hecho llorar a su hermoso Taehyung. No se lo permite a nadie. Jamás.

El aroma del mayor es agrio, huele a tristeza, su animal interno quiere lamer la mejilla del mayor para hacerlo sentir mejor.

Un temblor le recorre el cuerpo al mayor.

—Yo... nunca me dejes—Ruega, clavando sus ojos castaños en los más oscuros del rubio.

Porque sabe que después de decirle a Jungkook que se va a casar este se va a ir, lo va a olvidar y no quiere, porque su lobo moribundo no lo va a resistir, porque su parte humana jamás va a superar el estar lejos de Jungkook.

Siente que le va a dar otro ataque de pánico, las manos le comienzan a sudar.

— Jamás. Nunca, hyung. Lo sabes— Sí, lo sabe, pero sabe que después de esto jamás será lo mismo, no cuando esta mañana le pidió salir en una cita, no cuando ambos se aman.

No cuando siente que son una de esas afortunadas parejas predestinadas.

—Pro-prometelo— Los ojos de Taehyung se ven desesperados y eso hace a Jungkook preocuparse.

— Te amo, hyung. Jamás me alejaría de ti— Promete tomándole las manos al verlo temblar, no hace tanto frío.

Tiene que decirle, tiene que saberlo, porque lo ama y quiere ser sincero, porque si lo deja de querer hará hasta lo imposible para recuperarlo.

Porque quiere a este alfa rubio, a ese alfa alegre, a este que camino media hora para ir a verlo cuando lo escuchó triste, a este alfa que ahora mismo desprende su aroma para calmarlo.

—Yo- yo...

—¡Taehyung!— La voz de su padre interrumpe, dejándolo pasmado.

Jungkook tarda en reconocer al hombre que camina con paso firme a ellos, el padre de Taehyung, siempre tan imponente. El rubio percibe el aroma de fuego que siempre le molesto la nariz de pequeño cuando visita a su mejor amigo.

Las manos de Taehyung aprietan las suyas, sus pupilas se dilatan, sí había algún rastro de aroma a miel y canela este desaparece para ser reemplazado por el aroma a pomelo y sándalo, fuerte e intenso.

El de ojos castaños se levanta rápidamente, Jungkook también se pone de pie, pero es empujado detrás del cuerpo de Taehyung, quien sirve como barrera entre el padre del alfa y el rubio, protegiéndolo, como si temiera que me hiciera daño.

Evanescente •Omegaverse• [TaeKook/KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora