Evanescente •Omegaverse• [TaeKook/KookV]

III

Jungkook se ha quedado viendo la puerta de su habitación fijamente durante las próximas dos horas sentado en el estrecho pasillo de su departamento. No entiende que hizo mal, su amigo jamás había mostrado tal rechazo hacía esa palabra, él era un defensor de los omegas, los admiraba tanto e incluso más que a las alfas.

Los sollozos de Taehyung se han detenido, pero no hace amagos por salir, el lugar esta tan silencioso que jura escuchar la respiración del alfa por salir.

No sabe que hacer en estos momentos, no sabe como actuar porque esta seguro que los temblores de Taehyung, su rostro pálido, el sudor frío y su respiración eran síntomas se un ataque de pánico.

Sólo se ha quedado a hacer guardia por si necesita algo, para lo único que se ha retirado es para ponerse de vuelta su playera.

El aroma a miel y canela se ha disipado, ahora le llega un olor más cítrico, es pomelo, pero sigue ese olor a angustia, a miedo. El lobo de Jungkook araña por ir a consolar el lobo de Taehyung, lo siente asustado y se sorprende de poder sentir por primera vez -en días- el lobo del mayor, pero se inquieta de sentirlo débil y asustado.

¿Qué te sucede Taehyung?

Se siente confundido y algo en su estómago se revuelve.

— Hyung— Lo llama sin poder soportar más el silencio sepulcral que se extiende por el departamento, pero como predice, no recibe respuesta del otro. — ¿Tienes hambre?— Pregunta, dispuesto a cocinar algo para Taehyung y hacerlo salir. Esta seguro de que el celo del mayor ha desaparecido, porque ha dejado de sentir las feromonas.

Jungkook piensa que debe entrar y cerciorarse de que Taehyung este bien, tiene una llave que le sirve para cuando -sin darse cuenta- las puertas quedan cerradas con seguro, puede entrar sin problemas usándola, pero se privó de hacerlo para darle su espacio. Sin embargo, siente que es momento de entrar y ver como se encuentra Taehyung.

Va y regresa con ella, la introduce con sumo cuidado en la cerradura, la gira levemente escuchando aquel suave "click" que le hace saber que el seguro se ha quitado, gira la manija y entra.

Su corazón se encoje cuando encuentra a su hyung en la alfombra afelpada -que pone a los pies de la cama para cuando se despierta no pisar el frío del suelo- dormido en posición fetal con la nariz encajada en su almohada mientras la abraza.

Nota su nariz algo roja, puede ver ojos hinchados, sus pestañas brillosas, su cabello le tapa parte de sus ojos, sus labios están ligeramente abiertos.
El lobo de Taehyung también esta tomando una siesta, lo siente agotado.

Jungkook se acerca y se agacha, planeando levantar al pelinegro para ponerlo en su cama, no le es difícil.

—Jungkook— Balbucea cuando siente olor del menor.

Esta bien. Estamos a salvo. Es lo que le dice el pelinegro a su lobo enfermo, Jungkook lo ha mantenido fuerte sin darse cuenta. Siempre él.

—Shh, tranquilo, duerme hyung. Yo te cuido— Taehyung no necesita más para caer de nuevo en un profundo sueño.

▪︎▪︎▪︎

A Kim Taehyung jamás le habían gustado aquellas reuniones a las que sus padres asistían y lo obligaban a asistir, olía a alfa y prepotencia.

Su madre se aseguraba de vestirlo con un traje a su medida, de acomodar sus cabellos prolijamente, pero a él le seguía sin gustar.

—Debes comportarte como todo un alfa, Taehyung— Le dice su padre mirándolo con esos ojos vacíos.

A sus once años Kim Taehyung tenía la obsesión por crecer y presentarse como un alfa. Era lo obvio tomando en cuenta que sus padres pertenecían a esa casta.