Ya faltaba poco para cumplir 1 año trabajando ahí, Miku Hatsune era la hiperkinetica, amable, chillona y siempre animada barwoman de un exclusivo pub de la gran ciudad de Tokio, junto con sus amigas Gumi y Rin. Las 3 mosqueteras, como todos las conocían, eran muy apreciadas por sus compañeros: Rin "la molestosa", Gumi "la despistada" y Miku "la inquieta". Esos seudónimos mejor no podían haber estado, las describían muy bien. El lugar era bastante particular, puesto que solo era para gente de mucho dinero, ubicado en lo más alto de uno de los 3 mejores casinos del país le daba una vista increíble. Su ambientación sobria minimalista en colores negro, gris y rojo dejaba simplemente deslumbrado a cualquiera, sin contar que la iluminación siempre estaba tenue para dar la mayor privacidad a sus clientes. Gente muy importante e influyente pasaba por ahí a tomar un trago, conocer a alguien o simplemente a mostrar a sus nuevas parejas. Eso era algo de lo más normal, inclusive hasta el mismo pub tenía una página web donde se podían obtener datos de damas o caballeros de compañía del más alto nivel. Por lo mismo las chicas estaban muy consientes de que no podían dar sus datos a nadie, era una regla de la empresa: Apellido, número de teléfono, dirección, lugar de estudios o cualquier referente de ellas mismas estaba totalmente prohibido, llegar a hacerlo sería motivo de despido inmediato. Pero las chicas no tenían ningún interés en perder su trabajo por un ligue, aunque si habían logrado tener sus aventuras ya que cuidarse las espaldas la una a la otra era la mayor virtud de su amistad y compañerismo en el trabajo.
- Gumi fíjate ese chico te está mirando hace mucho - codeaba disimuladamente Rin a la aludida mientras secaba unos vasos.
- y si está bien guapo - acotaba Gumi quien lo miraba de reojo - hazle la señal a Miku para el cambio.
- ok - Rin sin apuro alguno dejo lo que hacía y le dirigió una mirada a Miku - Miku 2 mentas fuerte.
La peli turquesa recibió el pedido del cliente y se dirigió a la parte trasera de la barra a preparar algo, se acerco a Gumi y le paso la comanda. Esta última preparo un trago, camino hasta el cliente y le sirvió su pedido para luego comenzar una conversación con aquel chico disimuladamente animada.
- menta está contenta - le comenta Rin a su compañera que estaba algo distraída como buscando algo - ¿No ha venido hoy?
- no, ya hace varios días que no viene - decía Miku algo desanimada tomando unas botellas - más bien semanas.
- ¿Y has logrado algún avance? - inquirió Rin con mucha curiosidad, hace mucho que no veía a su amiga tan interesada en alguien. Se le hacia una lástima que se haya fijado en ese tipo de persona, pero ella bien sabia que en ciertas cosas no se manda - porque ya van cerca de 9 meses que estas en conversaciones.
- sí pero realmente no se mucho - Miku suspiraba - desde el primer día me dijo que nada de datos porque era prohibido, así que hablamos del día a día.
- por eso te enteraste de que trabaja como compañía pagada - meditaba en voz alta la rubia - ¿Como conversas del día a día sin datos?
- sin nombres ni direcciones - volvía a suspirar.
- realmente te gusta - continuo - ¿Pero te ha demostrado algún interés? ¿Alguna pista, lo que sea?
- no - Miku soltó un fuerte suspiro para luego retomar ánimos - en fin, mejor continuemos cubriendo a menta ¿No crees manzanilla? Le guiño el ojo y le tiro un paño que fue agarrado antes de que le llegara en la cara.
- si mejor blue - respondió muy risueña.
Así continuo la noche normal con Gumi aceptando una cita, Rin cubriéndola y Miku suspirando a escondidas.
Luego al término de la jornada las 3 chicas se fueron a su departamento. Vivian juntas en uno bastante grande, con las habitaciones separadas por la sala, cocina y baño, les daba mucha privacidad. Lo tenían decorado muy sencillo y acogedor.