Capítulo 9: Tu existencia es pecado (Parte 3)

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El humo entraba y salía de mis pulmones con demanda, con demasiada rapidez como para que el efecto del tabaco me afectase.

Estaba estresado a más no poder, no llevaba en la ciudad ni un día y ya había aparecido otro cadáver sin sangre en un callejón. Después de avisar al cuerpo de protectores investigue las cercanías del muerto, no había nada, los olores del lugar estaban demasiado mezclados como para diferenciarlos y no había ninguna pista que me pudiese ayudar.

"Esto es una mierda" di otra calada larga al cigarrillo mientras me intentaba concentrar. Esto se suponía que era una misión rápida, matar al vampiro e irse, pero no, ahora sabía que sería una misión que me tomaría tiempo para resolver.

Solté el humo en dirección a Herissia. Sus torreones blancos se erguían imponentes sobre la gran ciudad, resaltando incluso de noche pues las vidrieras brillaban con luz propia.

El viento sopló con fuerza y golpeó mi rostro como si fueran miles de cuchillas frías, lo cual era normal ya que me encontraba en la azotea del piso más alto de la ciudad. Di una última calada y tiré la colilla al vacío, aún mirando a la misma dirección pero no al mismo lugar. Ahora mis ojos se fijaban en la marea verde que había detrás de la escuela, donde habitaban espíritus y animales de toda clase pero también un vampiro muy interesante. Sería mentira si dijera que me había olvidado de él, de sus manos temblorosas que curaban, de sus sinceros pero trémulos gestos, de su mirada asustada pero preocupada...

Meneé la cabeza y gruñí, ese colmilludo había estado en mi cabeza todo el día. Distrayéndome de lo que sí realmente importaba, de encontrar al otro vampiro y despedazarlo.

Súbitamente el mundo empezó a girar alrededor mío, perdiendo el equilibrio casi al instante, por suerte conseguí recomponerme antes de que me cayese. Me agarre la frente intentando aminorar la jaqueca de mi cabeza. No había comido nada en todo el día, había utilizado el poco dinero que me quedaba en una caja de cigarrillos el cual no me había durado mucho. Algunos tatuajes empezaron a brillar y todo el dolor de antes desapareció, me levanté con el cuerpo ligeramente sudado. Sabía que la sensación de confort desaparecería, mi cuerpo había llegado a su límite y necesitaba alimentarme ya.

¿Pero en donde conseguiría comida? No tenía dinero, la otra opción sería cazar pero en una ciudad no había muchas presas potenciales que no fueran rat... "Espera un momento" Mi mirada se dirigió de nuevo al bosque y una pequeña sonrisa emergió de mis labios. Ese lugar era perfecto lejos de la gente, con muchos animales y un lugar en el cual seguramente disfrutaría mucho de cazar. Además de que podría volver a ver a ese vampiro, era extrañamente adictivo verlo llorar, lo asustaría un poco antes o después de comer.

Sonreí una última vez antes de dejarme caer del edificio. Aterrice en el suelo dejando un pequeño cráter y me levanté sin ningún daño.

Mi cuerpo sabía que hoy iba a ser una buena noche.

Mi cuerpo sabía que hoy iba a ser una buena noche

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Flor viva pero destruidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora