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Una vez que James y Harry se instalaron de nuevo en la comodidad de su propia casa, Remus y Sirius acordaron que se quedarían con ellos mientras Renata volvía a su casa para recoger las pertenencias que necesitaría para quedarse. Una cosa era que viviera sola y no tuviera a nadie que se preocupara por ella, pero sabía que una vez que regresara e informara a Adelmo de cuáles eran los planes, se iba a enfrentar a una nueva tarea completamente diferente.
Adelmo estaba lejos de ser controlador, siempre fue el hermano mayor solidario que Renata necesitaba en su vida, sin embargo, ya sabía que iba a mostrarse bastante protector con la situación a la que ella estaba accediendo. Y en muchos aspectos, Renata habría estado inicialmente de acuerdo con él, lo que todos le pedían iba más allá de lo que se aceptaría al conocer a un nuevo grupo de personas. Sin embargo, ella ya había aceptado y, aunque siempre podía volver atrás y decir que no, sabía que estaba en esto a largo plazo tan pronto como había dicho que sí. No había vuelta atrás, porque no le parecería bien abandonar la causa.
En cierto modo, sabía que James y Harry necesitaban más que ella misma, pero si podía ayudar a ambos de cualquier manera posible, le bastaba.
Renata ya podía escuchar las palabras de su hermano, diciéndole que estaba dejando que sus habilidades de Empatía se apoderaran de ella y nublaran su juicio racional porque era más que probable que estuviera dejando que todos los sentimientos que la rodeaban la abrumaran. Adelmo la conocía mejor que nadie sobre la faz de la Tierra, además de la propia Renata.
Y por eso, le sería muy difícil mentirle o torcer la verdad para que él no terminara preocupado. Pero en contra de lo que se pensaba en ese momento, a Renata le pareció bien dar el paso y al menos intentarlo. Había arruinado casi todas las oportunidades de trabajo que se le habían presentado en apenas un par de días y, de momento, algo estaba haciendo bien. Quizá había encontrado por fin una especie de vocación y la iba a seguir durante todo el tiempo que pudiera.
Por suerte, Adelmo seguía en el trabajo mientras empaquetaba sus pertenencias rápidamente con el uso de su varita, Enzo la acompañaba por la casa, preguntándose qué estaría haciendo. Acababa de terminar y dejó el baúl junto a la puerta principal cuando Adelmo llegó por fin a casa. Vio el baúl enseguida, confundido al principio, pero se distrajo cuando Enzo bajó las escaleras primero y se abalanzó sobre sus piernas para saludarlo. Sin embargo, mientras Renata bajaba lentamente las escaleras, Adelmo se asomó a ella, con los labios apretados y ya, una expresión de preocupación en su rostro.
-¿Vas a algún sitio?- le preguntó, probablemente esperando que le dijera que iba a ir a casa para otra visita o algo por el estilo.
Renata se detuvo en el último escalón, con las manos juntas delante de ella mientras se encontraba con la mirada de su hermano.
-El señor Potter y su familia creen que sería mejor que me quedara con ellos durante un tiempo- intentó explicar con la mayor delicadeza posible -Desde el incidente, nadie quiere que eso vuelva a suceder, pero si ocurriera, podría ser extremadamente peligroso para Harry quedarse en esa situación. Así que he accedido a ello.