Acomodar a Renata no parecía muy difícil, ya que había metido todo lo que necesitaba en su baúl, lo que le recordó a James sus tiempos en Hogwarts, cuando su madre prácticamente lo llenaba de todas las cosas que creía que "necesitaba". Pero mientras Renata no se quejaba de su habitación, James se encontró honestamente sintiéndose bastante culpable por el montaje. Nunca pensó que le daría un uso a la tercera habitación fuera del almacenamiento o algo por el estilo, había tomado la habitación más grande y le había dado a Harry la segunda habitación más grande del lugar. Dejando a Renata con la más pequeña, lo cual le parecía de mal gusto ya que ella había aceptado dejar su propia vida para ayudarlos.
-Um, siento mucho estos arreglos- le confesó esa misma tarde mientras ella había estado desempacando su baúl con el uso de su varita, colocando su ropa. Se quedó en la puerta, con un ceño fruncido que confundió a Renata porque no entendía muy bien por qué se disculpaba con ella. No había hecho nada malo, al menos, que ella supiera hasta ese momento.
-No entiendo- respondió ella -¿de qué se disculpa exactamente, señor Potter?
-Bueno, es que tu habitación es la más pequeña y eso no está bien. Mañana puedo cambiarte a la habitación de Harry, o si estás más cómoda, siempre puedes cambiar de habitación conmigo...
Le cortó el sonido de su risa y, obviamente, ella no pensó que fuera la respuesta adecuada, ya que se tapó rápidamente la boca con las manos y se limitó a mirarle por un momento.
-Señor Potter, por favor- comenzó ella después de bajar lentamente las manos -no tiene que hacer cambios tan drásticos. Estoy más que cómoda en esta habitación. El tamaño no es un problema, sólo soy yo, ¿por qué iba a necesitar una habitación más grande? Además, estoy segura de que usted ha situado su habitación a su gusto y Harry tiene la suya dispuesta como le gusta, yo estoy más que bien con esta distribución. Por favor, no se preocupe por cosas minúsculas.
James levantó la mano y se frotó la nuca, sintiéndose de repente tonto por habérselo ofrecido en primer lugar, aunque le hubiera parecido lo correcto en ese momento.
-Bien, bueno... buenas noches- le dijo con bastante rapidez, con un gesto incómodo de la cabeza antes de retirarse a su habitación.
Al pasar por la habitación de Harry en el camino, James se detuvo y asomó la cabeza para ver que Harry estaba profundamente dormido, acurrucado con varios de sus juguetes colocados a su alrededor. Se había quedado dormido poco después de la cena y el postre, acurrucado al lado de Renata en el sofá después de pedirle que le leyera otra vez Babbitty Rabbitty.
Sólo había llegado a la tercera o cuarta página antes de que Harry cayera en un ligero ronquido.
Sabiendo que Harry tenía tendencia a dormirse temprano por la noche y a despertarse temprano por la mañana, James volvió a la habitación de Renata, para encontrarla terminando de guardar sus pertenencias. Ella estaba recogiendo su pijama para prepararse para ir a la cama, pero al mirar hacia la puerta, dio un salto y jadeó asustada por la repentina aparición de él.