Capítulo
DOS
En el momento que sintió el agua fría entrar en contacto con la piel de sus dedos, se calmó.
Ahuecó sus manos sobre el lavamanos del baño para poder mojar su rostro. Se inclinó, mirándose en el espejo antes de dirigir su atención al agua que caía, cerró los ojos respirando profundamente mientras cubría nuevamente su cara en un frío abismo.
Athena dejó salir un suspiro estremecedor.
Se sentía tan bien.
Sin embargo, todo lo bueno llega a su fin eventualmente.
Estaba tranquila, sola, en paz, hasta que sintió que alguien tocaba la puerta. Segundos después, escuchó un Alohomora del otro lado para encontrarse con su hermana pequeña, Lily, entrando al baño.
—¿Qué quieres?
Se podía decir que, de todos los hermanos Potter, ellas dos eran las más distantes.
Muchos asumían que su familia, los famosos Potter, era una de las más encantadoras. Para Athena, no era cierto. Sus padres intentaban cubrir su ausencia cumpliendo cada capricho que tanto ella como sus hermanos tuvieran, recibiendo regalos innecesarios.
Cuando era pequeña, solía pensar que ellos eran los mejores. Con el tiempo, al no estar tan presentes, comenzaron a crear una herida en ella logrando que creciera siendo una persona incapaz de demostrar algún tipo de afecto o empatía hacia el resto.
Además, tampoco ayudaba el hecho que, a partir de sus quince años, se volvió prácticamente la madre de sus hermanos. Los cuidaba a todo momento, les preparaba sus comidas como podía, y les enseñaba las cosas básicas de la vida.
Luego de unos minutos, la pelirroja volvió a la realidad, saliendo de su trance, gracias a los chasquidos de Lily frente a ella.
—Papá y mamá me enviaron una carta hace unos días. No decía mucho, pero pedían específicamente que te informara que debes asistir a una gala en el ministerio con Scorpius. Aparentemente, será ascendido de su puesto y tienes que estar allí para acompañarlo.
Athena asintió con la cabeza mientras una expresión aburrida se dibujaba en sus facciones.
La Gala del Ministerio.
Un evento importante para las nuevas generaciones.
Era una ceremonia en dónde se honraba a los jóvenes que ascendían a puestos de mayor autoridad. Sin embargo, la pelirroja creía que sería algo diferente para Scorpius. El chico había comenzado a trabajar como un secretario común, atendía llamadas, ordenaba documentos, entregaba papeles importantes, etc. Además, cabe mencionar que todo eso lo hacía para su padre.
¿Razón? El rubio era extremadamente torpe y no lograba concentrarse lo suficiente como para poder hacer otro trabajo, por lo que siempre estuvo bajo la vigilancia de su padre.
Athena no sabía qué esperar.
Segundos después, Lily Potter salió del baño dejando a su hermana finalmente sola, dándole así tiempo para poder suspirar y aclarar sus ideas.
( . . . )
Finalmente, el tren se detuvo con el sonido del silbato.
Por la ventana, se podía ver a los padres acomodarse alrededor de la estación esperando a sus hijos.
Antes de bajar, Athena agarró la mano de Scorpius para poder buscar a sus padres por el lugar.
En lo quedó del trayecto, se había preguntado por qué decidieron decirle a Lily sobre la gala en vez de darle la noticia directamente a ella por carta o esperar a verla en persona.
Al parecer, no tenían ganas de gastar tinta de más.
Una vez que logró verlos entre la multitud, el rubio la abrazó de costado, rodeando su cintura con su mano mientras se acercaban a la pareja de adultos.
—Hola padre, madre.
—Me alegra verte, Athena.—saludó el hombre de cicatriz.—¿Te enteraste?—preguntó mientras una mirada de confusión se apoderaba de su rostro desgastado por la batalla.
—Acerca de la gala... sí.—respondió la pelirroja dándole un apretón a la mano del rubio a su lado.
Su madre habló rápidamente:—No, querida, el asunto del que te queríamos comentar es te quedarás con la familia de tu prometido hasta la fecha. Los Malfoy.
¿Prometido? ¿De qué diablos estaban hablando?
Athena no recordaba nada acerca de un matrimonio. Y tampoco le gustaba la idea. Siempre había ignorado todo tipo de comentarios acerca de ese tema.
—¿No podían habérmelo dicho por carta?—comentó incómoda ante la situación.
—No tuvimos tiempo. Ahora, te pido que no molestes al Señor Malfoy mientras esté trabajando, los está esperando a los dos.
—Sí, madre.

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IMPETUOUS | Draco Malfoy
FanfictionTenía 15 segundos para elegir con quién quedarse para siempre. 15 malditos segundos. Scorpius Malfoy era una elección segura, alguien predecible que la protegería. Alguien a quien pudiera aprender a amar. Sin embargo, Draco Malfoy había llamado su a...