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Capítulo
SIETE







Athena recuperó la consciencia, despertando con un terrible dolor de cabeza.

Estaba completamente a oscuras, en una habitación fría, a excepción de una pequeña lámpara encendida en un escritorio. Su cabeza le dolía, mientras analizaba su alrededor viendo de tener alguna idea de como llegó ahí.

Sin embargo, reconocí que su cuerpo se encontraba sobre una silla extrañamente familiar.

Cuando sus ojos se adaptaron a la oscuridad, pudo distinguir mejor los detalles del lugar. Era una habitación de techo alto, con un escritorio negro, una estantería empotrada a la pared, una ventana bastante grande y una puerta, la cual Athena asumió que era la salida.

Estoy en el estudio del Señor Malfoy.

Aquel estudio que sólo había visto una vez.

Aquel estudio dónde lo había visto jugar con su "asunto nocturno". En una silla igual a la que estaba sentada.

Tratando de controlar sus sentimientos, Athena pudo notar una botella de vino encima del escritorio.

Quizás podría adormecer el dolor.

Aunque sea un poco.

Se levantó para poder agarrar la botella, sacarle el corcho con facilidad, y viendo que no había un vaso cerca, con mucho gusto, bebió el vino directamente del frasco absorbiendo el sabor ardiente. Tragó con un poco dificultad, debido a que tenía la garganta levemente seca, por lo que siguió tomando.

Un trago atrás de otro.

Una vez que pudo poner sus pensamientos en orden, o al menos eso era lo que pensaba una Athena entrando en estado de ebriedad, y el dolor de cabeza se convertía en un mareo divertido, decidió que era buen momento para irse.

En el segundo que intentó ponerse de pie, en un corto vaivén, se volvió a quedar sentada gracias a ese mareo que creyó bueno. No podía controlar su cuerpo, amaba la sensación pero lo único que la molestaba era sentirse inútil.

Todo es una mierda.

La puerta emitió un lento crujido, y Athena soltó una pequeña risa al recordar cuando ella misma había causado un sonido similar aquella vez. Al abrirse, la chica distinguió una figura llevando una túnica oscura detrás de él.

El Señor Malfoy. 

El hombre chasqueó los dedos causando que unas luces tenues iluminaron mejor la habitación. Las lámparas tenían forma de copas de champán, con un tinte marrón, creando un hermoso degradado.

Si bien Athena no era muy responsable de sus acciones, al parecer los tragos de alcohol entumecían los nervios que le provocaban estar cerca de Draco Malfoy. Algo que no sabía si iba a beneficiarla o perjudicarla.

Draco Malfoy vestía el traje que usaba frecuentemente para su trabajo, por lo que Athena dudó en cuánto tiempo había estado inconsciente.

¿Volvió a ir a su trabajo? ¿No habíamos cenado ya?

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⏰ Última actualización: Jul 19 ⏰

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