Capítulo
TRES
La elegante vista de la mansión Malfoy apareció frente a los ojos de Athena una vez que aparecieron en el lugar. Segundos después, mientras la pelirroja intentaba recuperar su vista, una elfina doméstica se paró ansiosamente frente a ellos.
Scorpius soltó la mano de su novia para dirigirse hacia la criatura.
—¿Sí?—preguntó en un tono bastante arrogante. Athena golpeó ligeramente al chico en el brazo.
—Lidia llevará las pertenencias de Scorpius a su habitación. El Señor Malfoy no estará aquí hasta mañana a la mañana. No obstante, él le pidió a Lidia que invitara a la señorita a quedarse a cenar.
El rubio suspiró con una expresión burlona en su cara, viendo a la elfina agarrar nuestras maletas para después desaparecer.
—Hey, ¿qué pasa?
—No es nada importante.
—Estoy aquí para ti, sabes. Incluso si esto no era exactamente lo que queríamos, puedes contar conmigo.
—Está bien, Athena. Ya entendí.
—Scorpius, ¿cuál es tu problema?
—Joder, ¿no puedes deducirlo? Mi amado padre no está, como siempre. Supongo que pensaste que sería una ocasión especial. Te invito a cenar, finalmente tendría la oportunidad de conocerte. Pero no es el caso, él nunca está presente. ¿Feliz, Athena?
No era sorpresa para ninguno que sus padres no tuvieran tiempo para ellos. Siempre trabajaban. Y ambos lo entendían. Sus trabajos eran importantes.
En un instante, Scorpius agarró la mano de Athena, acercándola. Quedando a pocos centímetros. Su repentino cambio de humor era algo habitual. Con la ausencia de su padre, parecía que el rubio buscaba una distracción. Y lástima para la pelirroja porque el chico estaba acostumbrado a siempre tener todo lo que él quisiera.
—Ayúdame.—pidió Scorpius antes de poner sus manos en las mejillas de su novia para darle un beso.—Ayúdame, Athena.
El rubio comenzó a jugar con el dobladillo de la falda, causando que Athena supiera lo que el chico quería. Mierda. Siempre hacía lo mismo. Peleaba y luego le surgía una necesidad de meterse entre las bragas de la pelirroja. Era su forma de liberar el estrés.
—No, no podemos. Tenemos que hablar, Scorpius.
—¿Acaso no era esto lo que habíamos acordado? La relación falsa... sexo de vez en cuando... nada de sentimientos en el medio.
Antes de que él pudiera levantarle su camisa, Athena lo agarró de la muñeca.—Scorpius podes -
—Sólo cállate, ¿querías ayudarme? Bien, ayúdame con esto.
La incertidumbre invadió los pensamientos de la pelirroja. De cualquier modo, terminó aceptando. Inmediatamente, el rubio comenzó a dejar besos desesperados por el cuello de la chica hasta detenerse en medio de su sala de estar.
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IMPETUOUS | Draco Malfoy
FanfictionTenía 15 segundos para elegir con quién quedarse para siempre. 15 malditos segundos. Scorpius Malfoy era una elección segura, alguien predecible que la protegería. Alguien a quien pudiera aprender a amar. Sin embargo, Draco Malfoy había llamado su a...