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Cuando tenía ochenta y seis años, dejé caer un jarrón, que de inmediato se rompió en mil pedazos.

—¡Chewy! ¡Te he dicho mil veces que no toques mis adornos! —Sana apareció, furiosa.

Me encogí de hombros y le dediqué la mirada más tierna que pude hacer.

—Fue un accidente.

Next Door [Satzu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora