8. ¿Lɪʙʀᴏ ʀᴏᴊᴏ ᴏ Aᴢᴜʟ?

320 20 18
                                    

ᴅᴇᴅɪᴄᴀᴅᴏ ᴀ:

MeidelyGil.
YaibethS-Yusan.

"A veces buscamos lo que todavía no estamos preparados para encontrar".

Llibba Bray.

Llibba Bray

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ᴇʀᴇɴ:

¿Qué demonios está pasando? No, ¿qué demonios me está pasando?

El maletín debajo de mi brazo es presionado con fuerza, consecuencia quizás del sonido de las zapatillas de la mujer o por el recuerdo de anoche; donde fui incapaz de revisar los documentos que me fueron otorgados.

Ayer fui un caos en el gimnasio, en casa no pude enfocarme en el papeleo del trabajo y tampoco en los apuntes de medicina que tengo pendientes. Hay un tipo de barrera que se levanta cada que le apetece, queriendo apropiarse de mi atención, mi energía, mi tiempo; de mi vida. Lo peor es que no sé cómo derribarla, todo lo que hago la fortalece y vuelve cada vez más insistente, haciéndome creer que gran parte de mi juicio se ha doblegado... ¿A caso es este parte de mi castigo?

Un crujido que proviene debajo de mi brazo me hace volver en sí, liberando el maletín que alcanzo segundos antes de que toque el piso. Sin frenar el paso miro en su interior, pero tras no percibir algo fuera de lugar, trazo con los dedos de mi mano la tela. Sin embargo, no es necesario más contacto, porque el líquido que mojan mis dedos me hace descubrir la causa antes de verla. Tomo y suelto una lenta y profunda respiración. Mis dedos y gran parte del contenido del maletín están impregnados de la tinta negra de alguno de los costosos bolígrafos que fueron regalos de mi novio. Escucho a Christa exclamar e instantes después pedir un pañuelo.

En mi adolescencia me percaté de la importancia y la influencia que toman las relaciones personales dentro del ámbito laboral. Mi actual problema había desencadenado y puesto fuera de lugar cosas y personas que se suponían que estaban fijas en ciertos espacios. Mis padres establecieron toda su atención en mí, como si hubiese nacido horas atrás y necesitara de los cuidados que debe tener un bebé, cuando en realidad era un chico de trece años, que asustado e inseguro de sí mismo se escondía en su habitación y evitaba comer.

—Señor, aquí tiene. Señor Jaeger —insiste la voz de Christa tras mis espaldas—, por favor, espere.

Mantengo la calma y el mismo desinterés cuando ella se sitúa a mi lado. Mientras sigo mi caminar hacia el elevador, la rubia hace un sinfín de preguntas de las cuales no me molesto en responder, ya que no estoy prestando atención a aquello que seguramente ha repetido en días anteriores.

Mis padres comenzaron a tener problemas en sus trabajos. Durante las cenas —a las que era obligado a bajar de mi habitación— había pequeñas quejas o una leve risa que se desprendía de sus labios al relatar uno de sus deslices. No tenía la menor idea de que eso se debía a mí, hasta que lo escuché de uno de los sirvientes.

ᴜɴ ᴏᴍᴇɢᴀ ᴘᴇʀᴅɪᴅᴏ [ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora