Capítulo 14
Eliot miraba en trozo de papel, nervioso y preocupado. No parecía estar muy contento con los resultados.
-Vamos Blanca-murmuró con voz temblorosa-puedes hacerlo, no es tan difícil
Mi mano temblaba y me costaba sujetar el lapiz. Necesitaba terminar de una buena vez o enloquecería, más
"Maldito fantasma" pensé, frustrada
-¡No puede ser!-exclamó, de repente.
Solté el lapiz y me cubrí el rostro con las manos
-¿Qué te sucede, niña tonta?- preguntó-¿Cómo te atreves?
Me enojé.
-No soy tonta, fantasma estúpido-me quejé-además casi ni se nota la diferencia
Él ahogó una exclamación de fastidio.
-¿Qué no se nota la diferencia?-gimió-¡mi nariz no parece una papaya!
No entendía cual era el problema. Luego de que mi cobarde hermano se hiciera pipí por culpa de Eliot, el fantasma quería la estatua que le "prometí". No quería aceptar que no había sido una verdadera promesa sino mas bien una... un simple comentario bobo de mi parte. Debía dejar de hacer comentarios bobos. Así que ahí estaba yo, tratando de retratar a Eliot puesto que construir una estatua para él en el patio trasero de la casa habría sido imposible. Aunque a pesar de que hacía mi mejor esfuerzo por hacer un dibujo más o menos decente , el fantasma creía que no tenía talento para el arte.
-Eres la peor artista del mundo, milady
-Soy una gran pianista-repliqué-Y eso se considera arte
El gruñó algo. Se quedó callado el resto del tiempo. Cuando terminé le pasé el dibujo. Se le parecía bastante excepto por la nariz, su nariz parecía una gran papaya. La papaya más grande del mundo....
Quizás si tenía derecho de amargarse.
Seguíamos sin tener noticias de Malcom, tampoco sabíamos nada de Mara. ¿Cómo era que ese hombre había llegado hacia ella? ¿Qué tenía que ver Giovanni con todo el asunto? Esa, sin duda alguna, era la pregunta del año.
Irónicamente Eliot no fue quien más se enojó por mi desastrosa obra de arte, si el ama de llaves hubiera tenido un arma con la que dispararme cuando encontró el dibujo de "su señor", lo habría hecho sin pensárselo dos veces. La mujer sospechaba que el fantasma me hablaba. Es decir ¿con quién más podría reír a media noche en mi habitación estando completamente sola? Y la señora no era para nada escéptica. Christopher por su parte vivía aterrado. Nunca lo había visto tan asustado en su vida. Por un momento llegué a pensar que Eliot se había pasado un poco. Entonces tuve miedo.
-Eliot...-lo llamé, el me miró sonriente- ¿Tu.... tu le mostraste a mi hermano... tus ojos?
Su sonrisa desapareció de inmediato.
-No Blanca- dijo, serio- Jamás haría algo como eso. Me limité a mover objetos, aparecerme... cosas de típicos fantasmas
Eso era un alivio.
La relación con mi hermano no fue buena nunca. De niños a duras penas si nos tolerábamos, pero con el tiempo mejoró pero nunca parecimos verdaderos hermanos.
Nunca seríamos amigos.
No sabía por qué a Eliot le gustaba tanto asustarlo, parecía haber encontrado un pasatiempo favorito en ello. Me agradaba eso.
Ese día salí de casa temprana acompañada, como era de esperarse, de mi fantasma. Por algún motivo quería ir a donde yo fuera y cada vez que trataba de obligarlo a quedarse en casa insistía tanto que debía resignarme a sus presencia, aunque en realidad no me disgustaba tanto.
-¿No se supone que los muertos deben quedarse donde murieron?- pregunté- ¡Ve a la casa!
-Para tu información, milady- dijo él- Yo no morí en la casa. Y eso no es más que un tonto rumor, la gente cree eso por esas películas de terror que dañan la mente de los niños ¡Los muertos podemos ser realmente guapos, además!
Tan vanidoso....
-De todos modos- dije- ¿Por qué me sigues, Eliot?
-Ese no es asunto tuyo, Blanquita
-¡Pero claro que sí!- dije
Iba a agregar algo más pero me teléfono empezó a sonar. Era mi hermano.
-Ven al hospital- dijo- Mamá acaba de entrar a la sala de partos
Y colgó. Eso sería emocionante. Por fin conocería a mi hermanita. Esperaba que la futura bebé fuer más agradable que mi hermano mayor. Me dirigía al teatro a practicar un poco pero tomé otra calle, Eliot se enojó.
-¿No íbamos al teatro?- preguntó
-No más- dije- Mi mamá tendrá una bebé, iré al hospital a verla. Será muy aburrido, vuelve a la casa
-¡Claro que no!- exclamó- Iré contigo, hace mucho que no voy a un hospital ¿Puedo ser el padrino?
-Pero estará toda mi familia...-comencé a decir-¿El padrino? Estás loco
Él gruñó algo que no pude entender, después nos mantuvimos en silencio. Todos mis tíos y primos estaban en la clínica esperándome. Mi padre estaba muy nervioso y mis hermanos pequeños asustados. Siempre fueron los consentidos y ahora con una bebé en camino no lo serían.
-Tienes una familia numerosa, milady
Asentí, dristraída. Eliot me hablaba pero yo no le respondía, prefería conversar con mis tíos en ese momento. Y no tenía nada que ver con el fantasma pero ¡Hablar con un fantasma en medio de un hospital!
Luego de dos horas una enfermera apareció con Rosa, era una niña preciosa. Incluso Eliot se acercó a la bebé e hizo el ademán de querer cargarla, pero se limitó a observarla y me pareció que acariciaba su mejilla con delicadeza. Tuve la impresión de que la recién nacida le recordaba a su hermana.
Todo era perfecto. Pero no debí confiarme, las cosas se pondrían feas pronto.
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Quiero que vuelvas
RomanceUn hombre atrapado entre la vida y la muerte. Una mujer dispuesta a darlo todo por amor. Había algo en ese lugar que la aterraba, quien les había hecho entrega de la propiedad había contado una vieja leyenda urbana. Una historia de fantasmas que, co...