#11

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— Te ves muy feliz, ¿Has avanzado algo con tu dueño? —preguntó Seungmin acercándose al rubio quien estaba en uno de los sofá.

— ¡Seungmin! —sonrió al tenerlo sentado a su lado—. Bueno, ayer "comimos" juntos. —hizo comillas y sonrió mientras movía lentamente su cabeza de un lado a otro—. ¿Fue una cita?

— ¿Cita? —el rubio y el castaño se levantaron inmediatamente tras escuchar la voz del guardián de Felix.

— Hyung. —hizo una reverencia ante el mayor—. ¿Estabas escuchando? —lo miró.

— Seungmin, ¿Nos puedes dejar solos un momento? —el pelinegro miró al nombrado y éste asintió, haciendo una reverencia ante el mayor antes de irse.— Felix. —tomó asiento junto a él—. ¿Tuviste una cita con tu dueño? No puedes tener citas, no eres una persona real.

— ¡No, no! —negó rápidamente tanto con su cabeza como con sus manos—. Jisung tenía una cita con un chico pero no asistió, así que él comió mientras yo simplemente tomaba té, no fue una cita como tal, simplemente lo dije. —se encogió de hombros y desvió su mirada.

—lo miró atento unos segundos, luego soltó un suspiró—. ¿Por qué actúas así? No estoy molesto, tranquilo.

Felix hizo una pequeña mueca, su guardián era muy serio y demasiado estricto, le agradaba pero al mismo tiempo le daba miedo; No pensaba mucho sus propias acciones así que temia que el mayor le regañara. Aún así, su guardián cuidaba mucho de él, era una persona que simplemente no podía entender. Tras unos segundos de silencio, volvió a mirar al pelinegro.

— ¿Cómo es el mundo? —se acercó un poco al mayor mirándolo con curiosidad—. A veces pienso si es tan cruel como para que mi dueño sea tan negativo. Me pregunto mucho si de verdad un ángel, alguien que ni siquiera existe en el mundo real puede hacer que sea mejor persona. —abrazó sus piernas y apoyó su mentón entre ellas, sobre las rodillas.

— Felix.

— ¿Las personas son tan malas? —lo miró—. Jisung sufre por una persona, ¿De verdad hay gente que es tan cruel?

El pelinegro suspiró y se apoyó en el sofá, desviando su mirada al techo antes de hablar:

— Sí, lamentablemente hay personas tan malas y crueles. —cerró sus ojos—. Ahí tienes a Seungmin, quien obedeció a una persona sumamente cruel, tanto que ocasionó una guerra con consecuencias por detrás. —volvió a abrir sus orbes y giró un poco su cabeza para mirar al rubio—. ¿Crees que no hay personas a las cuales no les va a importar que estés enamorado de ellas? Las hay, desgraciadamente.

—alzó su vista al frente cuando el espejo apareció frente a él, era su dueño quien lo estaba llamando—. No sé si Jisung es afortunado o desafortunado al no ser de esas personas crueles.

Sin decir nada más se levantó y fue hasta el espejo donde Han lo estaba esperando, miró una última vez a su guardián, hicieron contacto visual y al final el mayor se levantó para salir por la puerta detrás del sofá donde anteriormente estaba. Seguramente se iría con Jisung ahora que éste había llegado a la preparatoria. Suspiró.

¿Estaba tan mal que Felix considerará una cita lo que pasó ayer entre Jisung y él? Ni siquiera fue una cita como tal ya que el rubio no estaba presente de forma literal. ¿Tal vez se había precipitado tanto? Pensar eso le ponía triste, quizás era el único que lo imaginaba de esa forma, seguramente Jisung pensaba de otra manera, eso le hizo sentir desanimado.

— ¿Me llamaste? —murmuró mirando al castaño, estaba en el aula el cual se encontraba vacía, y por supuesto; llevaba audífonos puestos.

— ¿Acaso dijiste "me llamaste"? ¿Por qué tal formal? —soltó una risa—. ¿Te encuentras bien? No me digas que las hadas mágicas también pueden sentirse mal.

Magical Mirror. ᢁ #jilix. (©) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora