⋆ 𝐇𝐀𝐍𝐋𝐈𝐗 ╎ El espejo de Jisung guardaba un gran secreto, a un chico rubio que podía concederle cualquier deseo. Pero el deseo que Han quería tenía consecuencias.
Publicada: O9.O1.21
Finalizada: 2O.O9.21
⊹ La historia en su totalidad me pe...
Acomodó su suéter, bajando las mangas para tapar sus brazos, también sujetó una pequeña mochila antes de abrir la puerta, sonriendo de inmediato tras ver al rubio frente a él. Rápidamente lo abrazó con fuerza, permaneciendo así unos largos segundos.
— ¿Estás listo? —cuestionó el mayor luego de separarse, mientras con sus manos acomodaba el cabello ajeno.
— ¡Lo estoy! —respondió con una sonrisa.
Subió al auto de la madre de Christopher, en él estaban la hermana y el hermano del mismo y por supuesto, su padre; Los saludó con una sonrisa y no dijo nada más, dirigió su mirada a la ventana para mirar a través de ésta el paisaje. Pudo sentir la mano de su mejor amigo tomar la suya, pero no lo miró, simplemente sonrió y continuó admirando la naturaleza.
Soltó un pequeño suspiro, era la primera vez que se iba a acampar. Siempre le gustó demasiado estar al aire libre, disfrutar del aire golpear su rostro, al igual que de los amaneceres y anocheceres, así como el cielo de noche.
— ¿Estás bien, Lix? —cuestionó el chico junto a él, consiguiendo la mirada del mismo.
— ¿Mh?
— Pareces perdido en tus propios pensamientos, Felix. —ahora dijo una chica pelirroja, asomándose desde el asiento delantero—. Cálmate, traje mi repelente de mosquitos, ¡Estarás a salvo! —sonrió ampliamente.
— Jihyo tiene razón, ¡Todo estará bien! —de igual forma que la chica, una sonrisa se formó en sus labios.
Poco a poco, también sonrió.
— Claro... —respondió.
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Lentamente alzó su mirada hasta el oscuro cielo, las estrellas adornaban y brillaban al igual que la luna, el aire soplaba con fuerza aunque no la suficiente para temerle. Soltó el agua que había recolectado entre sus dos pequeñas manos y cayó al suelo, hipnotizado.
— Las estrellas son hermosas.
Murmuró creyendo que nadie podía oírlo.
— Igual que tus pecas.
Felix sorprendido giró su cuerpo un poco para mirar a Chris, quien estaba de pie detrás de él.
— ¿Mis pecas?
— Tus pecas. —se acercó a él, inclinándose para acariciar sus mejillas suavemente—. Tus pecas son igual de hermosas que las estrellas.
— ¿No dirás algo de mí? —refunfuñóJihyo llegando a ellos y lanzandose sobre Christopher.
