Lubricante

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Ahí estaba de nuevo, aquella sensación que se construía desde lo más profundo de su ser, misma que comenzaba a apoderarse de su cuerpo cuando se suponía que no debía de hacerlo, sin embargo, por una extraña razón y siendo muy consciente de lo que estaba haciendo la dejó pasar, justo como había estado haciendo desde hacía unos meses. Vamos, que él, era un profesional con experiencia y era necesario que cumpliera con lo pactado, el problema era que por más que quisiera y lo deseara, las cosas no estaban saliendo como lo acordado.

—... No te viniste, bonito ¿Todo bien? — preguntó algo extrañado su cliente, después de que recobrara el aliento por la postura en la que cuerpo se encontraba.

— Sí, es solo que estoy algo estresado, pero no tienes que preocuparte por mí, esto lo arreglo rápido — indicó el menor levantándose del sillón para comenzar a acariciarse frente al rostro del contrario para dar fin a su sesión.

Pero entonces, unas manos impidieron que continuará con su trabajo, mismas que solo lo tocaron lo justo para acariciar el costado de sus caderas con suavidad, antes de mirarlo a los ojos con algo de ternura.

— Hyukie, bien sabes que me encantas y lo digo en toda la extensión de la palabra, pero no te contrate para que solo yo disfrute — aseveró con esa sonrisa socarrona que tan bien le quedaba, porque incluso él, se había percatado de la poca concentración de su acompañante.

Hyuk se sintió morir, no solo no estaba en sus cinco sentidos, sino que incluso había dejado que todo el enredo de sus pensamientos fuera fácilmente visible ante sus clientes, y el que el señor Gong Yoo — quien era un cliente regular de sus servicios — le dijera todo aquello, fue realmente vergonzoso para el menor. Así que tan solo se dedicó a dejarse tocar la piel hasta volver a ponerse duro, y aunque cambiaron de posición, Hyuk solo logró terminar cuando al cerrar los ojos, se imaginó que eran otras manos y otro pene el que se estiraba en su interior llenándolo por completo.

"Estoy jodido, muy jodido".




* * *




La sonrisa de Hak Yeon era resplandeciente y no era para menos, al fin había logrado su cometido a costa de Hongbin, quien para esos momentos lo miraba fijamente con odio y los brazos cruzados sobre su pecho.

—... No es gracioso — agregó finalmente antes de desviar la mirada totalmente avergonzado.

— Pero ¡¿qué dices?! Por supuesto que lo es, bueno al menos para mí, si lo es... — dijo Yeon tratando de no reírse de nuevo, sin poder evitarlo al final. No obstante, tras unos minutos ya más calmado agregó — Está bien, está bien, pero antes de que te vayas, tienes que decirme, ¿Cuándo se lo vas a decir? ¿Por qué piensas decirse?

— No es tan sencillo — respondió Hongbin con honestidad, pensando en todo el mar de posibilidades que podría ocasionar su declaración, eso sí se atrevía a hacerlo algún día.

— ¡Oh, por favor! ¿No sé a qué le tienes miedo?, si es obvio que a él también le gustas, además han estado follando como conejos prácticamente desde que se conocieron. Eso debe decirte algo.

— ¿Cómo...? — preguntó entre asustado y muy sorprendido de que supiera su secreto.

— Hong, no solo soy mayor que tú, he trabajado en este lugar desde hace bastante tiempo también. Así que sé muy bien como identificar el amorío entre compañeros.

Consorcio Lemmon [HyukBin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora