Afrodisíaco

315 28 21
                                    

El terror de Hongbin había llegado, cerró los ojos con fuerza y dejando todo al azar y a su buena/mala suerte, tomó el primer sobre con el que se encontró. Con suma lentitud abrió primero un ojo y después el segundo, soltó el aire contenido y se animó mentalmente para abrir el sobre y ver el contenido, sin embargo, no llegó a hacerlo realmente porque justo en aquel momento, la puerta de entrada se abrió dejando pasar a un sonriente Jae Hwan, quien cargaba un par de bolsas llenas con lo que Hongbin pudo apreciar como comida.

— ¡Hermanito, no sabes cuánto me alegra verte!

— Si, me doy cuenta... — le respondió Jae Hwan al ver la mesa llena de papeles — ¿Todavía no te han llamado?

La negativa de Hongbin no fue necesaria, porque era más que obvio que aún no tenía trabajo.

— Ven, vamos a comer...

El poder preparar algo tan sencillo como pasta con algunos aditivos era algo que Hongbin había dejado de disfrutar, todo por no tener el suficiente dinero para pagarlos. Debido principalmente a que hacía cerca de un mes que se había quedado sin trabajo y aunque su hermano mayor iba a visitarlo de vez en cuando, ya estaba harto de tener que depender de Jae Hwan para poder mantenerse.

— Tal vez lo mejor será que regrese con papá y ruegue por su perdón — soltó después de tomar un sorbo de su café.

— Frijol, bien sabes que no puedes hacer eso — objetó Jae Hwan de forma seria.

— Pero...

— Pero nada, es más, si quieres, puedo preguntarle de nuevo a Taek para ver si...

— ¡No! Bastante me han ayudado ya como para que encima yo me convierta en su acto de caridad de por vida.

— No eres ningún acto de caridad, eres mi único hermano y si puedo ayudarte, solo deberías dejarme hacerlo ¿qué tiene de malo?

— Es que no lo entiendes, ustedes tienen suficientes problemas ya con la hipoteca de su casa, como para que encima yo agregue más... De verdad te agradezco que me traigas comida, pero es todo lo que puedo aceptar, no quiero que sigas involucrando a Taek Woon en algo que debo resolver yo.

— Bien... Está bien, testarudo, no le diré nada, pero volveré la próxima semana con más comida ¿de acuerdo?

Con veintiséis años y una carrera trunca, Hongbin era el hijo menor de la familia Lee, quien sorpresivamente había resultado con la misma preferencia sexual que su hermano mayor Jae Hwan y, por quien había terminado en la calle, después de que su único padre los corriera a ambos por ser unos sucios homosexuales.

Una vez que Jae Hwan se despidiera y Hongbin limpiara los utensilios utilizados para preparar la comida, volvió a su posición inicial, pero esta vez no lo pensó demasiado y rasgo el papel del primer sobre que estuvo a su alcance, después de todo las deudas no desaparecerían mágicamente, por mucho que lo deseara.




* * *




Ya había perdido la cuenta de cuantas empresas había visitado aquel día, dejando su curriculum vitae por doquier, sin obtener más que el célebre "nosotros le llamamos". Abrumado por no obtener una respuesta certera, terminó caminando por una de las zonas más lujosas de la ciudad, en donde grandes rascacielos eran los que predominaban por toda la zona. Sin embargo, al no tener demasiado conocimiento de las empresas que tenían su emporio en esa zona, sus ojos se desviaron rápidamente en uno. Aquel edificio era nuevo, eso se podía notar a leguas, principalmente por lo extremadamente lujoso que lucía por fuera; aunque si bien, no era el más alto, si poseía una gran extensión territorial, debido más que nada a su forma cuadrada a los costados, imponiéndose como el más grande y sumamente prometedor para Hongbin aunque no supiera el giro del mismo. Soltó un largo suspiro y se dirigió hasta la entrada, pero el choque de hombros con una chica de aspecto bastante aniñado quien iba saliendo, le recordó un pequeño detalle. La concentración era lo mejor en estos casos.

Consorcio Lemmon [HyukBin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora