Antes de conocer a Hongbin, Hyuk sencillamente vivía como un simple precob, pero todo aquello había cambiado por completo después de enamorarse del mayor, quien después de mucho tiempo lo hizo sentir seguro y confiado, pero sobre todo correspondido. Sin embargo, dentro de sus antecedentes románticos, estuvo quien en su momento lo terminó por convencer en no involucrarse demasiado en el amor, al menos mientras trabajaba dentro del consorcio.
A Jae Hwan lo conoció por coincidencia, de esas veces en las que tu mente esta tan metida en algo que cuando menos te das cuenta ya estás pensando en alguien más. Su primer contacto fue mientras iba al dentista a una revisión de rutina, para ese entonces, Hyuk llevaba cerca de tres meses trabajando en el consorcio y aunque nunca había sido una persona tímida en realidad, el no tener tema de conversación con Jae Hwan fue algo que nunca pensó que lo avergonzaría tanto, especialmente porque si bien, no era un estudioso de las artes, le intrigaba la manera de manejarse de Jae Hwan, quien para facilitarle el trabajo a su colega francés y dueño del consultorio donde trabajaba, decidió acatar un nombre menos coreano y más sencillo de pronunciar, denominándose a sí mismo como Ken. Nombre con el que Hyuk lo conoció, porque al fin de cuentas al mantener relaciones sexuales sin involucrar sentimientos, ninguno de los dos debía conocer a fondo la historia del contrario. Y justo eso fue lo que estuvieron haciendo cerca de tres meses.
No había sido un romance especialmente largo ni nada por el estilo, sino todo lo contrario, fue de esos desastres de una noche que terminan ocasionándote un terrible dolor de cabeza después. Y es que, aunque no parecía difícil el enamorarse uno del otro, el que mientras tenían una cita, uno de los clientes — para esos entonces ya habituales de Hyuk — reconociera al menor, en el mismo lugar al que habían ido a comer, fue un tanto vergonzoso y sumamente odioso al mismo tiempo.
—... ¿Creí que me habías dicho que no podías salir, que todos nuestros encuentros tenían que ser en el hotel del consorcio?
— Y así es, pero...
— ¿Hyuk? ¿Lo conoces?
Esa pequeña plática dio lugar a otras más que Hyuk en ese momento no supo cómo manejar, y que gracias a que nunca había estado en una situación parecida, terminaron cuando el menor — sintiéndose realmente nervioso — tuvo que confesar a que se dedicaba, llevándose la sorpresa de la vida cuando Jae Hwan, no quiso volver a saber nada de él, hiriéndolo en el proceso, porque para Ken, el que Hyuk vendiera su cuerpo era lo suficientemente imperdonable como para no querer escuchar sus razones, cortando cualquier posibilidad de reconciliación con él. Por eso, era de imaginarse la sorpresa que se llevó el mayor de los hermanos Lee, cuando Hongbin terminó por presentarle a su ex — si es que se le podía llamar de esa manera — y se dio cuenta de que ambos se dedicaban a lo mismo.
* * *
Posiblemente para cualquiera la vida de Hyuk era indecente, sin embargo, para él, quien siempre había sido un alma libre, el que se terminara convirtiendo en un gigoló era el menor de sus problemas, después de todo el acostarse con distintas personas era y es una de las profesiones más antiguas de la sociedad. En la que el amor y el romance, quedan totalmente fuera de lugar, especialmente si no se tiene nada que perder.
—... Bien, cariño, ahora voy a dejar que te corras — susurró con un gusto malicioso en los labios, especialmente porque sabía que aquellas palabras no eran del todo ciertas.
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Consorcio Lemmon [HyukBin]
FanficUn edificio de lo más impresionante. Una situación desesperada. Y un empleo disponible, solo si eres lo suficiente serio para no decir nada.