Nueva York había mostrado su lado más dulce con nosotros. Esos días de frío no se comparaban con la ligera nevada que había caído la noche anterior. Me calaban hasta los huesos, mis dientes tiritaban y Emily me abrazaba, pero no por mucho tiempo, pues dijo que se levantaría a poner un poco de café y guisar unos huevos con tocino para el desayuno.
La calefacción no servía o simplemente necesitaba una ayuda. Eso había sido mi pasatiempo toda la mañana. La limpié y moví algunos cables y terminó funcionando de maravilla. Emily me había dicho que era un hombre hacendoso, sonreí, pero esa sonrisa se esfumó cuando dijo: «Serías un buen esposo». Eso no estaba en mis planes.
—No pensemos eso por ahora.
—Lo que digas, pero ven a desayunar.
Los días eran aburridos ya que no podíamos salir debido al clima. Por esas tardes extrañaba el cálido clima de Seattle o el de mi país natal. Extrañaba estar con mis amigos o tal vez extrañaba a mi padres, aunque haya sido yo quien decidió marcharse.
Me había topado con Louis muchas veces, pero, desde ese día con el incidente de la puerta, había decidido tomar distancia. No sé por qué me molestaba esa actitud. De pronto sentí que no le era suficientemente atractivo como para ignorarme, a pesar de haber sido yo quien impuso un muro entre nosotros. Pero, quería recibir su atención y él me lo negaba. Pequeño orgulloso.
Nos había visto a Emily y a mí una vez saliendo del edificio. Él iba entrando y fue muy incómodo cuando decidieron hablar. Yo solo escuchaba y lo miraba por ratos prolongados. Él me miraba y desviaba la vista. Todo habría salido bien si no fuera por ese comentario que me estrujó las vísceras.
—He conocido a alguien, para serte sincero, Emily. —Le había dicho.
—¡Oh, Louis, que felicidad! ¿Escuchaste eso, Harry? Nuestro vecino ha conseguido pareja.
—¿Y quién es el susodicho? —Dije.
—Un momento —dijo ella— ¿Cómo que el susodicho?
—¿No te lo había dicho? Creí que eran muy amigos. Louis es gay.
—Oh —hubo un silencio— ¡Mejor aún! Es asombroso. ¿Tú como lo sabes, amor?
Me quedé mudo.
—Sí, Harry, ¿cómo sabes eso? —Dijo el castaño.
—No hace falta decirlo, es evidente. —Respondí.
—¡Harry, eso es grosero! Creo que es mejor irnos. Fue un gusto verte, Louis.
—Hasta luego. —Dijo.
El clima frío quemaba mis fosas nasales. No habría salido si no fuera porque la despensa estaba escaseando y necesitábamos comer. Abracé a mi novia para que no sintiera tanto frío. Así llegamos hasta el centro a comprar lo que se nos ocurría. Mi cabeza, en un momento, rebobinó aquellas palabras "He conocido a alguien".
Bolsas de surtidos productos colgaban de nuestras manos. Ella cargaba las cosas menos pesadas. Con una mano rodeaba mi cintura y hablaba, liberando vapor de su boca. No prestaba atención, de nuevo.
Subimos al piso. Emily acomodaba las cosas con cuidado en la alacena mientras yo prendía las luces de la habitación y tomaba mi cajetilla de cigarros y mi encendedor.
—Vengo luego. —Avisé al ponerme la chaqueta.
—¿Adónde vas, amor?
—Voy a visitar al vecino. —Dije.
—Espero que te disculpes por lo de hoy, eso fue muy grosero, Harry.
—Lo haré, no te preocupes.
Me lanzó un beso al aire y me vio salir.
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VERBOTEN || Larry Stylinson
Fanfiction"Supe, en ese momento, que jamás borraría esa sonrisa de mi mente. Quedaría grabado para la eternidad. Moriría y esa imagen seguiría en mi mente. Me volvió a abrazar, y esta vez fui yo quien lloró". •Completa. •Las ideas planteadas no son compartida...