Capítulo Extra: Narra Harry

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(Suena The Night We Met - Lord Huron de fondo)

*

Un pájaro pasa volando sobre mí. No sé porque le tomo tanta importancia, pero puedo ver como se pierde entre uno de los inmensos edificios de la ciudad. Hace calor, después de mucho tiempo puedo sentir calor en esta ciudad que ya no es nueva para mí. 

«¿Cómo estás, Harry?» Siempre la misma pregunta, siempre la misma respuesta.

Estoy bien, por si se lo preguntan. Estoy viviendo en otro edificio, en otro ambiente y las cosas del pasado han quedado en el pasado, y ese es el problema, las cosas son las que se quedan en el pasado, no las personas.

Si me preguntan... No sé, no puedo imaginarme una pregunta ahora mismo. Sé que quieren saber muchas cosas y sé también que tienen mucho por decirme, lo entiendo. Suelo decir que estoy bien, que las cosas han mejorado mucho y que la vida después de todo no es tan mala, pero estaría mintiendo.

Cuando estoy acostado en mi cama blanda y limpia, cuando estoy perdido en mis pensamientos, cuando estoy en blanco, cuando estoy viviendo con una promesa que aún no logro cumplir, cuando estoy así, es cuando no estoy bien.

Los años pasan demasiado rápido que no recuerdo muchas cosas, al menos no las importantes.

¿Manzana y canela?

Sí, lo recuerdo...

Mañana se cumplen cinco años y seis días buscando sin encontrar, caminando sin un rumbo fijo y viviendo solo por una razón. Y no, no estoy diciendo que estoy muriendo por alguien, porque en todos los casos, esa opción suena muy sencilla. Y no quiero, no quiero algo sencillo, quiero que me cueste como hasta ahora.

Las cortinas de mi ventana se mueven por el viento. Es momento de salir, tomar mi chamarra y caminar nuevamente a otra dirección, no la misma de ayer, ni la misma de hace dos días, ni mucho menos la misma de hace dos años. La cuidad parece tan grande que no puedo terminar de recorrer sus calles.

Y lo sé, sé que una llamada hubiera solucionado todo, pero su teléfono dejó de sonar meses después de que mis llamadas tocaron su escaso limite sobre mí. Solo una tarde ya no sonó y después de eso no me queda nada más.

No estoy triste, no como al principio, después de todo no puedo estar siempre con la cabeza abajo y fingir que todo lo que pasó no fue culpa mía, acepto la responsabilidad, pero al menos hubiera querido que las cosas se dieran de una mejor manera.

¿Qué manera?

No lo sé, pero me hubiera gustado que rumbo al edificio un chico de ojos azules me hubiera recibido con los brazos abiertos, aunque sé que eso es pedir demasiado y no lo merezco.

Salgo por la puerta principal del edificio y miro a ambos lados de la calle. Hay muchas personas caminando a esta hora, es abrumante. Quiero salir de aquí, no quiero hacerlo otra vez, pero hice una promesa y las promesas se cumplen.

He tomado un taxi y he dictado una nueva dirección. Sé que ya he faltado varios días al trabajo en el ultimo mes y que ya tengo varios reportes sobre eso, pero no tengo tiempo para trabajar. En los últimos años he ahorrado lo suficiente y tengo el dinero para darme el lujo de perder el trabajo, al menos podría subsistir por un año entero con el dinero ahorrado.

El chofer me hace platica mientras me cuenta que muy pronto un nuevo negocio abrirá las puertas a cientos de desempleados que necesiten dinero y trabajo. Al parecer un alemán ha comprado vienes sobre un establecimiento de comidas muy famosas en la cuidad, no entendí muy bien el punto de la historia.

—Son quince dólares —Me dice.

Bajo del auto y rebusco en un nuevo edificio, pregunto a las personas que pasan si no han visto a un chico con ciertas características: cabello castaño, ojos azules, delgado... y solo sé eso, porque siendo sincero, creo que ambos hemos cambiado mucho en cinco años, me cuesta creerlo.

VERBOTEN || Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora