10.

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┄┄┄ 𝐆𝐨𝐨𝐝𝐛𝐲𝐞.

Debía irse, era inevitable.
Las cosas siempre deben acabar tarde o temprano, las cosas podrían ser buenas o malas, pero todo debe irse alguna vez en la vida. Es triste y doloroso tener que despedirte de alguien, mucho más si no lo quieres hacer, y sólo es una obligación... Los miles de temores que se sentían al decir 'adiós' que se repiten en la mente una y otra vez hasta causarte estrés; temer por el olvido, que la otra persona no reaccionara de la manera en la que querías, que te dejen ir sin decirte alguna palabra, una mínima acción.
Los temores de RenJun eran esos, y muchos más.
Hace cuestión de unas dos semanas su querida madre le dijo acerca de volver a China luego de años, principalmente por un mejor tratamiento. En ese momento no cayó en cuenta, pero luego entendió que así, no podría estar más con su amor... No podía decirle no a un tratamiento, pero tampoco podía dejar a DongHyuck solo cuando día a día ambos se necesitaban, Lee había sido su mejor tratamiento, desde que liberó esa carga de los sentimientos que tenía por él, se había comenzado a sentir mejor, con más ganas. ¿Pero ahora? Estaba completamente irritado, y ni siquiera quería verlo ya que le dolía, no sabía cómo decirle lo de tener que irse por un tiempo indefinido, incluso si eso es mucho mejor que la muerte, incluso si aún podían mantener contacto, no es lo mismo a sentir su calidez y brazos en persona.

Había recaído nuevamente después de un año y tres meses estando más estable; los ataques eran recurrentes, el descanso era mínimo, se pasaba toda la noche pensando en cómo ser sincero con Lee, pero todas las opciones llevaban a lo mismo, no quería tomar ninguna, todas las opciones posibles le llevaban a tener que distanciarse de él.
Las lágrimas caían con fuerza, y hasta incluso llegaban a doler, era esa noche.
Tenía tan sólo ocho horas con veinticinco minutos para poder hacerlo.
Perdió diez minutos más llorando, hubiera continuado hasta completar las ocho horas seguramente, pero una llamada le sorprendió; al tomar su teléfono y ver de quién era la llamada, sólo se deprimió mucho más. Rápidamente secó sus lágrimas y sorbió su nariz cómo si eso ayudara de algo, de inmediato seguido a eso contesto, escuchando el llanto a través de la línea.

— Tu madre me acaba de llamar... ¿Por qué no me lo habías dicho? Si no fuera por ella probablemente ni siquiera sabría que te tendrías que ir, sé que no quieres esto, pero, debes de confiar en mí... — Su voz se escuchaba tan mal, de nuevo, el llanto de Huang comenzó de nuevo.

— Lo siento, en serio, lo siento, perdóname, por favor... — Cortó la llama de inmediato luego de eso, no sabía que más decir, aunque igualmente, no quería hablar.

Uno de los peores días en su corta vida:
Le dolía todo el cuerpo, especialmente el pecho, la respiración era complicada y sentía que en cualquier momento su cabeza estallaría, tenía fiebre. Si tan sólo fuera normal, si tan sólo estuviera sano, nada de esto sucedería, nuevamente esas preguntas que le carcomían su estabilidad, ¿Qué fue el pecado tan grave que cometió en su vida pasada para recibir de castigo una vida cómo esta? Una en la que no podías hacer nada porque cualquier cosa era peligrosa, problemas a los pulmones, al corazón, cuerpo pequeño y débil, mente que decaía fácilmente; de nuevo se consideraba un estorbo, una carga para las pocas personas con las que era cercano. Desde pequeño diferente, tenía en claro desde su niñez que iba a ser el raro, que iba a morir así de la misma forma en la que nació, enfermo.
Y así pasaron las horas, las maletas ya estaban en el taxi, él ya estaba adentro, envuelto en una manta, y ya un tanto tranquilo, hubiera seguido llorando, pero no había ni una gota más que exprimir, ¿Y su madre? Claro que le preguntó que es lo que ocurría, pero no le pudo decir, sólo negó con la cabeza ya varias veces, era lo único que podía hacer, se sentía totalmente devastado.

Minuto tras minutos, eran una eternidad, al momento en el que llegaron al aeropuerto, sólo bajó y ocupaba la manta cómo un escondite, mismamente se ocultaba tras su madre.
Al entrar, nada cambió, sólo se quedó sentado en uno de los sofás mientras su madre realizaba algunos trámites y llamadas más. Así que, sucedió lo peor de sus alternativas... Irse sin despedirse, pero al parecer el universo no lo odiaba tanto cómo creía, al sentir a alguien sentarse a su lado, le miró, pudo ver esa característica y amada sonrisa de siempre, aunque sus mejillas mostraban un obvio trazo de lágrimas. — DongHyuck, perdóname por favor. — Fue el primero en hablar, sólo le pudo abrazar con toda la fuerza que en esos momentos tenía, que era mucho menos que otras veces.

El sólo sentir esos brazos rodear su cuerpo, al parecer, sería la última vez. — Te entiendo. — Escuchó de la voz del menor, se alejó para poder verlo, directamente a los ojos, sus orbes expresaban dolor, y eso le causaba dolor a Huang, así son las cosas. — Cómo me colgaste así cómo así, llamé a tu madre para saber a que hora estarían aquí, no te culpo de nada, RenJun, incluso si es algo importante, entiendo todo. — Soltó una risa irónica, a su misma vez, el castaño acariciaban las mejillas del azabache con total delicadeza y cuidado.

— No quiero dejarte. — Se aferró al abrigo de Lee, apretando y arrugando sus prendas en la parte de la espalda. — Te lo quería decir, pero el tiempo pasó demasiado rápido, tampoco sabía cómo decírtelo. — Escondió su rostro en el pecho del contrario, y así mismo, aprovechando de escuchar los latidos de su corazón.  — No sé cuanto tiempo pasaré allá, pero te pido que por favor, no me olvides. —

— Créeme que jamás te olvidaré, estés donde estés, sea el tiempo que seas, siempre serás el único dueño de mi corazón. — Gentilmente alzo la cabeza de Huang, procediendo a besar sus labios; un beso cómo nunca otro, uno de despedida. — Esperaré lo que tenga que esperar por ti, RenJun, no olvides aquello. —

Otro beso, mucho más largo que el anterior, así se pasaron varios minutos, compartiendo besos, caricias, sin ninguna palabra, no era necesario o al menos así creían ambos.
O al menos así hasta que la voz de su madre lo llamó. La despedida.
Se pusieron de pie y compartieron otro abrazo, cálido, fuerte, con mil emociones y sentimientos en el.
— Mi querido Hyuck, ya es momento... Nos veremos pronto, sólo sé paciente. — Le sonrió, no quería una escena tan deprimente, aunque así fue todo momento. – Te amo mucho, sólo a ti. —

— Lo seré, esperaré por ti. — Acarició su cabello, aunque luego lo despeinó, soltó una pequeña risa. — También te amo, lo sabes, recuerda de eso. —

Luego de intercambiar sonrisas, compartieron otro largo y profundo beso, que ambos iban a atesorar. Y así llegó el momento, se tuvieron que despedir, ninguno de los dos lo quiso, pero ya no había vuelta atrás.
Esa fue la despedida más dolorosa para ambos, pero cómo se dijeron el uno al otro, en algún momento podrían estar juntos nuevamente, incluso si eran años.
Huang RenJun amaba a Lee DongHyuck con todo su frágil corazón, así cómo Lee DongHyuck amaba a Huang RenJun con su fuerte corazón.

Sensitive, -; RenHyuck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora