6. 𝗦.𝗛.𝗜.𝗘.𝗟.𝗗.

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Después de circular por la ciudad, llegamos, no fue un viaje tan largo como creía; bajamos de la camioneta y entramos a la gran base, pasando de la recepción al centro del lugar. Tantos pasillos, entradas, salidas y ni hablar del personal.

— Hill, quiero que llame a Coulson, Romanoff, Barton y que los reúna — Dijo Fury hablando por el auricular — ¿Y que le parece el lugar?

— No tengo palabras para describirlo, es sorprendente — Dije mientras seguíamos caminando por los largos pasillos cristalinos llenos de tecnología, hasta que llegamos al centro de operaciones.

— Bien, señorita Garrod, ellos son mis agentes más notables; Phill Coulson, Natasha Romanoff, Clint Barton y la subdirectora Maria Hill.

— Es un placer por fin conocerlos — mencioné recorriendo a todos con la mirada.

— Así que usted es la hija de la agente Karen — Dijo el agente Coulson.

— Si, soy yo.

— Lamentamos enterarnos de la muerte de sus padres - Mencionó Romanoff.

— ¿Cómo lo saben? No me digan, S.H.I.E.L.D. tiene ojos y oídos en todas partes ¿Verdad?

— Si, eso también explica como fue que la localizamos tan fácilmente — Añadió Barton.

— Entonces usted quiere seguir los mismos pasos que su madre ¿Correcto? — Agregó Maria Hill.

— Si.

— En ese caso, recibirá entrenamiento diario con la agente Romanoff y en caso de que ella se ausente será el agente Barton quien la sustituya, ¿Estamos de acuerdo? — Cuestionó Fury.

— Si director Fury.

— Bien, Romanoff, ¿Podría asignarle un cuarto y mostrarle el lugar?

— Claro, acompáñeme señorita Garrod.

Seguía a la pelirroja por los amplios corredores repletos de puertas bien aseguradas, pasaban mujeres llevando carpetas u hombres uniformados portando armas y viceversa, el ambiente era muy fresco, eso me relajaba causando que me olvidara de todo lo demás haciéndome sentir segura de lo que hacía, pues desde éste punto ya no había vuelta atrás.

—  Espéreme aquí, entraré por algo — Dijo Romanoff.

— Está bien.

Entró por una de las puertas para que unos segundos después saliera con un uniforme y unas botas; volvimos a caminar hasta doblar en un pasillo y detenernos.

— Este será su cuarto, 145, escogí uno de los uniformes de S.H.I.E.L.D. de su talla, esperaré a que se lo ponga para mostrarle la base.

— Gracias.

Entré y cerré la puerta, el cuarto solo contaba con una camilla y el baño, era obvio, aquí se trabaja las veinticuatro horas, no imagino las jornadas cuando hay problemas; un excelente trabajo para alguien que sufre de insomnio, en este, caso yo. Me desvestí quedando solo en ropa interior y me puse el uniforme de una sola pieza para proceder a ponerme las botas, todo me quedaba bien, ligeramente ajustado, así que salí.

— ¿Y que opina? — Preguntó Romanoff.

— Me queda perfecto.

— Es bueno saberlo, ahora le mostraré el lugar, sígame por favor.

Natasha me mostraba los distintos lugares de la base y su funcionalidad, eran tan diferentes e iguales entre si; con tecnología que nunca imaginé ver, las puertas y las paredes blindadas, todo me impresionaba, me sentía como niña en dulcería.

— Aquí es donde los agentes practican con su puntería con las armas — La pelirroja hizo una gran pausa mientras avanzaba — Y aquí es donde entrenamos el agente Barton, yo y unos cuantos agentes más, la mayoría de los que trabajan aquí se especializan más con el armamento que con el combate cuerpo a cuerpo.

— Siempre quise aprender defensa personal.

— Podríamos iniciar ahora, ¿Le parece?

— Me encantaría.

— Esta bien, pase — Mencionó Romanoff mientras la seguía hasta la colchoneta — En primer lugar tendrá que empezar a ejercitarse para mejorar las habilidades defensivas y ganar agilidad. No se preocupe, hacer esto no es tan arduo, se que lo logrará. Barton y yo no convivimos tanto con su madre, nos enviaban a misiones muy diferentes, pero ella logro lo que se propuso y se que usted también lo hará, y nosotros estaremos aquí para ayudarla.

— Gracias agente Romanoff.

— No es nada. Hoy le enseñaré los distintos tipos de defensa personal y después practicaremos su puntería con las armas.

Romanoff me enseñó los distintos movimientos y técnicas de defensa de manera paciente, pues las cosas no me salían al primer intento, ni al siguiente, ni al siguiente, ni al siguiente, pero hacía mi mayor esfuerzo y Romanoff lo notaba. Pero bueno, hoy era el primer día.

𝗔𝗴𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗗𝗲 𝗦.𝗛.𝗜.𝗘.𝗟.𝗗.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora