Trémulo

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Se conocieron el año pasado, pero siendo novios apenas tenían unos meses, así que todavía era existente la timidez para hacer ciertas cosas y visitar a Tommy en su trabajo era una de ellas.

A Tommy parecía no importarle las muestras de afecto en público, incluso se mostraba orgulloso cuando caminaban por las calles tomados de la mano y eso hacía muy feliz a Jimmy quien hasta llegaba al grado de ser pretencioso algunas veces. No en un mal sentido, simplemente como si quisiera compartir su felicidad con el mundo entero.

Lo que tenían ahora era muy suyo, no lo ocultaban de nadie, pero aún no incursionaban en los círculos sociales del otro. Eran sólo unos pocos amigos de Jimmy quienes conocían a Tommy por las veces que pasaba a recogerlo a la facultad.

Pero por alguna razón Jimmy no se sentía seguro de presentarse en la empresa a buscarlo. No quería causarle problemas, ni situaciones incómodas en su ambiente laboral o cosas peores como un despido, considerando que en las pocas ocasiones en las que Tommy ha mencionado a su jefe, Jimmy puede deducir que él está en contra de todos esos "pensamientos liberales" que tienen las nuevas generaciones y eso, incluía las relaciones homosexuales, es prácticamente un tirano, pero demasiado bueno en lo que hace, por lo cual ha llegado tan lejos.

Luego pensó que estaba siendo demasiado paranoico, nadie tendría que saber del tipo de relación entre ellos si no hacían nada inapropiado.

Jimmy no tenía previsto que se cancelaría una de sus clases ese día, así que tenía un rato libre que justo coincidía con la hora en la que Tommy salía a comer.

Hizo una parada en ese restaurante que a ambos les gustaba tanto y pidió dos órdenes para llevar, ya que entendía que a veces no podía tomarse una hora completa. Además, quería ser él quien invitara esta vez, normalmente Tommy no dejaría que su nong pague.

Se le ocurrió sorprenderlo con su comida favorita y sólo le avisaría cuando estuviera afuera del edificio. Le hacía gran ilusión poder verlo ahora ya que entresemana sólo podrían encontrarse por las tardes, casi noches y ambos cansados por la jornada del día. Regularmente sus citas eran los fines de semana.

No esperaba encontrar a su novio en el estacionamiento envuelto en los brazos de otro hombre, en un abrazo demasiado largo para su gusto. Y doloroso para sí mismo.

Jimmy estaba a punto de marcharse y hacer de cuenta que no vio nada, porque realmente no era nada, pero no pudo evitar sentirse pequeño en comparación con ese sujeto, se veía incluso mayor que Tommy, ¿Acaso él no le era suficiente?, ¿Qué pasa si todo lo que han vivido fuese sólo un juego para él? De todos modos, no sería la primera vez que le sucede.

No tenía motivos para desconfiar, pero la sola idea de ser traicionado por su amado, rompía su corazón.

No debería haber venido sin previo aviso para empezar. En cuanto dio media vuelta, fue detenido

- Jimmy, ¿Qué haces aquí?

- Vine a traerte el almuerzo – esboza una sonrisa que luce vacía al igual que su mirada – ¿Ya comiste?

- Aun no – lo toma por los hombros y le pregunta con una mirada seria – No estás faltando a clase, ¿Verdad? Eso de que me gustan los chicos malos era una broma - dice y se ríe recordando aquella ocasión en la que comentó lo atractivo que le resultaba el protagonista de una película de mafiosos que vieron recientemente.

- Tengo horas libres, pero no me importaría serlo si eso te gusta– este no es el tono de coqueteo que Jimmy suele usar, pero Tommy decide no darle importancia

Historias al azar (Mii2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora