Cap. 4

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Katsuki despertó algo desorientado, observo a su alrededor y suspiro pesadamente, miro sus manos y luego se levanto de la cama.

"Entonces no fue un maldito sueño. "

Pensó el rubio comenzando a caminar de un lado a otro por ese oscuro cuarto como un "animal" enjaulado. 

"Por lo menos los idiotas estan bien. "

Unos golpecitos en la puerta lo sacaron de sus pensamientos y no hizo falta que abriera la puerta pues Deku la atravesó.

—¡Hola Kacchan! ¿Cómo amaneciste? —preguntó el fantasma con una emoción desmedida.

Katsuki gruñó con frustración sin querer dirigirle la palabra a el peliverde -no queria ver a nadie por el momento-.

—Largate Deku. —ordenó tirándose de nuevo en su cama dándole la espalda al fantasma.

Deku lo observo con desilusión pero comprendia la situación del -ahora- hombre lobo.

—Esta bien... Baja cuando sientas hambre. —dijo el pecoso y transpaso de nuevo la puerta dejando al lobo solo en la habitación.

Katsuki se giro y miro el techo pensando en todo lo que había dejado por ser tan idiota y no hacerle caso a su padre y a la vieja "bruja".



Deku floto hasta el gran comedor de la mansión en donde se encontraban todos sus amigos desayunando. Se sentó en el mismo sitio de siempre y los observo mientras ellos comian.

—¿Y Katsuki? —preguntó la bruja mientras degustaba una pata de rana dulce.

—Él no quiso bajar a desayunar. —informó el fantasma con desánimo produciendo que todos en la mesa intercambiaran miradas con preocupación.

—Sera mejor que hable con él. —la bruja se levanto de su asiento para acto seguido retirarse del lugar.

Los demás siguieron con lo suyo ignorando el aura pesada y sofocante que desprendia el pecoso.



Kirishima junto al resto regresaron a Masutafu y se encaminaron hacia la casa del rubio explosivo.
Eijiro estaba preocupado, cómo iba a explicarles a los señores Bakugou lo que habia pasado sin que los tomaran por locos o los acusaran de secuestro o homicidio.

Al llegar a la casa el pelirojo toco a la puerta y la señora Mitsuki los atendio.

—Hola buenos días, en qué puedo ayudarlos jóvenes. —preguntó la rubia extrañada al observar a los chicos con disfraces frente a su puerta.

—Señora Bakugou. —llamó el chico dientes de tiburón bajando la mirada —Siento mucho lo que le voy a decir, pero Katsuki, él, bueno él... —la rubia lo interrumpió antes de que Eijiro le explicara lo ocurrido.

—¿Katsuki? No conozco a nadie con ese nombre. ¿De qué me estan hablando? —interrogó la mujer sin entender lo que esos niños con disfraces ridículos decian —A caso quieren jugarme una broma. —acusó la mujer.

—¿¡Ah!? —gritó Sero sin creerselo.

—¡Pero si Katsuki es su hijo! —exclamó Denki molesto.

—¡Hijo! ¡Yo no tengo ningún hijo! —gritó la rubia indignada y confundida —¡Dejen de decir idioteces y largo de mi casa si no quieren que llame a la policía!

Antes de que sus amigos le gritaron a la mujer Mina los agarró a los tres.

—Lo siento mucho señora Bakugou, mis amigos estan tomados y hablan estupideces, ya nos vamos, adiós. —dijo la chica con una sonrisa para luego llevarse a rastras a los otros tres.

—Estos críos del demonio... —susurró la rubia cerrando la puerta.

Ya lejos de la recidencia Bakugou Mina los solto y los chicos no tardaron en cuestionar sus acciones.

—¿¡Por qué hiciste eso?! —gritó Denki cabreado.

—¡Idiota! Mitsuki-san no recuerda a Katsuki, creo que el quedar atrapado en el bosque de los lamentos hace que lo olviden aquí. —explicó la pelirosa.

—¡Oh! —exclamaron los tres chicos al entender.

—¿Pero que hay con sus cosas? —preguntó Kirishima con preocupación.

—Creo que también desaparecieron... —respondió la chica.

—Bueno, aún nos queda un año para volver a encontrarnos, tengo tiempo suficiente para buscar lo que necesito. —comentó el pelirojo con una sonrisa optimista dejando confundidos al resto.



Unos golpes suaves en la puerta hicieron que el lobo gruñera.

—Bakugou-kun, soy Uraraka, ¿puedo pasar? —pregunto la castaña detrás de la puerta.

—No, vete a la mierda. —respondió el rubio queriendo estar solo.

—De igual forma voy a entrar. —dijo la chica para acto seguido utilizar un hechizo para forzar la cerradura.

—Tsk, maldita bruja. —murmuró con fastidió al observar a la cara redonda.

—¡Bien, ahora hablemos! —anunció la castaña.

—¿Ah? —el ojiescarlata no entendía nada.

—Sé que es dificil este cambio tan drástico en tu vida, pero uno tiene que adaptarse. —explicó la chica con tono suave.

—¡Adaptarme! ¡ADAPTARME! ¡COMO MIERDA QUIERES QUE ME ADAPTE A ESTA MIERDA SI ACABO DE PERDER MI VIDA POR UNA ESTUPIDA TRAVESURA DE HALLOWEEN! —gritó cabreado con todos y con nadie a la vez.

—Sí no quieres adaptarte a tu nueva realidad entonces, ¿qué harás? ¿Condenarte a ti mismo al encierro? ¿Rendirte? Dejame decirte que de esa forma sí morirás. —contraatacó frenando al hombre lobo en su ataque de ira —Necesitas salir, conocer, experimentar. Ve esto como una aventura o una oportunidad, no como una condena o maldición. —aconsejó la bruja con paciencia.

Bakugou se cruzo de brazos y miro ceñudo a la muchacha, por mucho que le costara admitirlo ella tenia razón, no podia simplemente rendirse.

—Katsuki Bakugou jamas se rinde. —aseguró saliendo del cuarto, su ánimo habia vuelto y su apetito despertado.

Ochako rió victoriosa por al fin sacar al pulgoso de su jaula.

—Bien hecho Ochako. —se felicito ella misma —¡A hora a instruir al cachorro pulguiento!



¡Fin del capitulo 4!

Jejeje, he vuelto antes de Halloween pero, ¡¿qué importa?!

Yo hago lo que se me de en gana :3

¡Espero disfrutaran de su lectura, nos leemos pronto, bye!

Halloween. [KatsuDeku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora