4

303 34 1
                                    

Cuando pensé en ti entregándote a cualquiera, me sentí enfermo.
La ira me hacía desear comerte entero.

-Mm!... pa-para ahh, ugh...duele.- intentabas contener tus gemidos, pero eso solo me hacia querer hacerlo mas duro.
Tu interior era tan cálido y apretado, se sentía tan bien estar dentro de ti.

La forma en la que abrías la boca y sacabas tu rosada lengua al tener un orgasmo, era fascinante, tan sexy y adictiva.

Realmente naciste para ser cogido.

-¡ahh! N-no...mnn, ughhh...ah para...p-por..nhg...mnn, por... f-favor, Crisss, ahhh,...ugh para!.- tus gemidos se hicieron mas lamentables después de la tercera vez. Al contrario de lo que decía tu boca, tus brazos en mi cuello no me soltaban y tu agujero me apretaba cada vez más.

Parecías una perra en celo.

Esa noche no fui amable contigo. Pues mi deseo de siete años por ti, ya había esperado mucho.

La historia de un amor de mierda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora