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Los siguientes días comenzamos a tener mayor contacto físico, pero no quería enredarme mucho contigo, así que a lo máximo que llegábamos sólo eran besos profundos.

Tu parecías estar bien con ello, pero yo sólo anhelaba más y más, la restricción impuesta por mi mismo me asfixiaba.

Mientras tanto ya me llevaba bien con todo tu grupito de amigos y amigas, eran personas agradables

La historia de un amor de mierda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora