08. ¿Porque tan cariñosos?

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La relación amistad/derechos de Hwa y yeosang continuaba como de costumbre, se daban mucho amor aunque intentaban no demostrarlo mucho al menos que estuvieran completamente solos está era una situación de esas, ambos parecían unos tortolos que recién habían empezado su relación aunque realmente no era de esa manera.

Se escondían entre unos arbustos que se encontraban en aquel pequeño bosque del psiquiátrico, el lugar donde nadie les encontraría, no era tampoco como que Seonghwa fuera un paciente muy vigilado, ya que la enfermeras le tenían la confianza de que el no iba a salir del lugar a vivir la mala vida en alguna parte.

Ahí estaban detrás de los arbustos en aquel césped bien cuidado sentados lo más juntos que podían, sus manos entrelazadas y Yeosang reposaba su cabeza sobre el hombro del pelinegro.

Había un silencio tranquilo, Seonghwa dibujaba un nuevo retrato de Yeosang, cada día más bonito y claro Yeo lo veía atentamente para aprenderse la manera en la que el contrario trazaba las líneas de una manera casi perfecta que en su vida podría repetir.

Por un momento Hwa dejo de trazar aquellas líneas y volteo su cara hacia la del menor, que ya estaba dormido.

Se limito a suspirar y a dejar su cuaderno a un lado, con cuidado de no despertar al pequeño se movió y lo acostó junto a el quedando la cabeza del castaño en su hombro y el abrazándole con su brazo, aún así el que el chico no despertara era una situación un tanto difícil y sin el querer de Seonghwa Yeosang ya había abierto los ojos.

Ambos se vieron a los ojos y Yeo le sonrió mientras acariciaba inocente la mejilla a Seonghwa. Imaginemos aquellas facciones finas de el rostro del menor ruborizandose poco a poco, pareciendo una caricatura muy tierna, claro solo faltarían las pecas y unos frenillos en los dientes para que Seonghwa le hubiera atacado aquel rostro el doble de lo que normalmente.

Aquella mirada hacia las orbes de Seonghwa se desviaron por un momento hacia sus labios, el pelinegro tampoco pudo evitar ver aquellos pequeños belfos color rosa sandía que tenían también un brillo especial que había proporcionado el mismo unos segundos antes al morderse ligeramente el labio.

El castaño acaricio con la yema del dedo el labio inferior del mayor, para ese punto sus corazones latían muy fuerte y las respiraciones de ambos eran cortadas.

Hwannie sin pensarlo un segundo más alejó la mano de sus labios y los junto rápidamente a los del contrario. El sintió como la tensión del brazo de Yeosang se calmaba y como aquel beso se convertía de algo forzado a algo más bonito.

Yeosang a la falta de experiencia solo intento seguir los movimientos lentos de los labios de Hwa mientras el regresaba su mano a la mejilla del anterior.

Aquellos besos duraron un tiempo más, no llegaban a ser perversos si no más bien muy dulces y bonitos, hasta que escucharon un sonido cerca que los hizo exaltarse y alejarse uno del otro rápidamente.

Hwa tomo su cuaderno de inmediato y le abrió tomando su lápiz en menos de 2 segundos mientras que Yeo solo se alejó con sus mejillas extremadamente rojas.

A los segundos se oyó una voz que Hwa reconocía a la perfección.

—¿Hwannie?— se escuchó en unos metros del lugar. De inmediato supo que era su madre, así que ambos se levantaron y caminaron hacia donde se encontraba la mujer.

—Mamá... ¿Que haces aquí?—

—¿Como me preguntas que hago? Pues vengo a verte, te traje otro cuaderno, la enfermera Oh dice que el tuyo ya estaba por acabarse, solo intenta no gastarlos tan rápido... Ya es el tercero de este mes— Hablo viendo a aquellos chicos de una manera extraña.

—¿Y tú? Quien eres? —

—Hola señora me llamo Kang Yeosang, soy amigo de Hyung—

—No pareces paciente de aquí... ¿Vienes a visitar a alguien? Gustó en conocerte por cierto—

—El placer es mío y si vengo a visitar a mi madre pero no puedo verla mucho tiempo, no despierta—

—Mi muchachito— Hablo apenada la señora. —¿Que estaban haciendo?—

Los dos se vieron con complicidad y al unisono dijeron... —Estabamos dibujando y bromeando—

—Me alegro, siempre he querido que hwa tenga a un amigo a su lado, solo trata de no causarle emociones fuertes— Dijo la señora. —Pero vengan, le traje comida a hwa, si quieres puedes comer también Yeosang— los tres caminaron hacia la cafetería del hospital y se sentaron.

—Oh, disculpe señora park, iré a lavar mis manos, regreso en un minuto— Hablo el menor levantándose de la silla.

La señora le vio con una sonrisa y vio como el niño se iba hacia el sanitario.

—¿Bien Hwa como te va con el? Se ve que se quieren mucho—

—¿Querernos? Claro, los amigos se quieren—

—jhmmmmm si.... Oh y ¿no te ha causado algún problema querido?—

—Solo pasó una vez, pero se arregló rápido—

—Se ve que es un buen chico para mí bebé, si por el sales de este hospital estaría muy feliz de que pudieras regresar a casa—

—Mamá de verdad, ¿Porque hablas tanto de el?—

—Te gusta no es así?—

—¿De qué hablas?—

—Te ví acariciarle la cabeza hace rato, ¿Porque tan cariñosos?, Ustedes tienen algo más, ¿Te gusta? ¿Le gustas? ¿Se gustan?— preguntó muy curiosa.

—Mamá, es un chico...—

—¿Eso que importa? ¿Le quieres? Se honesto conmigo Hwa, sabes que puedes decirle a tu madre lo que quieras—

El chico regreso a la mesa y el tema quedó inconcluso pero se veía que la madre de Seonghwa intentaba juntarlos más para romper la tensión.

Comieron tranquilamente pero siempre había algo muy extraño en la madre que veía a su hijo con una sonrisa melancólica, como si le molestará el hecho aunque le tomo muy bien.

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Sin más que decir feliz día tarde noche o madrugada


El chico del Jardín (Seongsang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora