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Charli D'amelio...
Desperté más feliz que nunca y a mi lado la persona más preciosa a mi lado.
El ruido de las olas de la playa era una tranquilidad extremadamente linda.
Un pequeño dolor entre mis piernas, pero era soportable, el recordar lo que pasó me hacía estúpidamente feliz.
Hace años aprendí que la primera vez vas ser con alguien que te quiera, con alguien que no solo quiera sexo y al otro día ya no esté a tu lado porque eso es ser poco hombre. La primera vez debe de ser algo que disfrutes tanto con placer como amor, con alguien que te cuide como si fueras de cristal.
Aprendí que debemos estar en un lugar donde nos sepan valorar, dónde nos demuestren con hechos el amor que sienten, por qué cualquier estúpido te puede endulzar el oído y nada más para abrir tus piernas.
Pero yo con Josh sentí lo mejor, me cuido, fue atento conmigo justo como quería, y es que cuando te enamoras sientes una gran satisfacción en tu pecho. Sientes como si el mundo parará cuando estás con esa persona y que tratas de que cada minuto con esa persona se quede en tus recuerdos.
- buenos días a mi preciosa - decía Josh besándome la frente
- buenos días beb - dije sonriendo
- ¿Cómo estás? ¿Quieres algo para desayunar? - pregunto
- reserve un restaurante pero a las 12 y aún faltan dos horas - dije tomando su mejilla
- bueno, nos bañamos, nos arreglamos y vamos para allá vale? - dijo Josh dándome un beso y pararse
(...)
Cada uno se baño por separado, nos arreglamos, y dieron casi las 12, así que nos dirigimos aún bello restaurante.
Este restaurante siempre me dió tranquilidad, aparte de que hacen la mejor comida, en este lugar acostumbraba a venir con mi familia, en especial mi abuela.
Ella siempre decía que los recuerdos se quedan, pero esos recuerdos viven cuando estás en un lugar especial y tiene razón al poner pie aquí me dió una corriente por todo mi cuerpo, me pone la piel chinita del recordar.
- todo bien cariño? - decía Josh jalando la silla para poder sentarme
- si, solo este lugar me trae muy bellos recuerdos - dije sonriendo
- no te imaginas que feliz soy viéndote sonreír, para la siguiente semana tengo algo preparado para los dos y se que te va agradar demasiado - dice el sonriendo
Seguimos comiendo mientras Josh me platicaba más sobre esos planes, pero en ellos había un mal presentimiento, quería olvidarlo pero era un dolor en mi pecho, decidí ignorarlo, suelen suceder.
