Los tres corrían detrás del gigante que llevaba a los hombres, claro sin ser vistos, Jack iba un poco más adelante mientras que Regina y el príncipe lo seguían atrás. La chica todavía estaba algo aturdida por lo que acabó de ver. Era verdad la historia que su padre les contaba cuando eran niños.
La chica no se fijó bien y tropezó con una rama; haciendo que cayera, por suerte el gigante no escuchó. Rápido William se acercó para ayudarla a levantarse. Regina se había lastimado el tobillo.
—Vamos tenemos que seguir a Jack–dijo William.
Y de nuevo siguieron corriendo pero ahora Regina corría cojeando. William la ayudó a que se sostuviera, pasó un brazo de ella por sus hombros y continuaron su camino.
Llegaron hasta Jack que se había detenido para mirar las grandes rocas en forma de rostro, parecía cara de los gigantes, eso pensó Regina. Su hermano a verla sostenida de William rápido se acercó a ellos preocupado.
—Tranquilo estoy bien, solo me tropecé con una rama, soy más torpe de lo que parezco–dijo mientras William la miraba sin entender pero después los tres rieron–. Ahora vamos a rescatarlos.
•—¿Crees en Dios? ¿Si o no?
—Claro que sí.
La princesa Isabelle se encontraba en una jaula de pájaro; grande para ella, pequeña para los gigantes. La chica tenía miedo, no sabía que hacer. Veía los pasos gigantescos que daba el gigante enfrente de ella.
—¿Te gustaría conocerlo?
—Aún no.
—Entonces responderás nuestras preguntas. ¿cómo llegaste aquí?
—No contestaré–dijo con la voz nerviosa pero firme–. Sé que significaría que les contara.
—Y no contarnos. ¿Dónde están los demás?
—Vine sola.
—¿Crees que somos tontos? A donde tú vayas muchos te seguirán. Eres descendiente de Erik el terrible, ¿no es así?
—¿Erik el grande? –frunció el entrecejo Isabelle–. Eso fue hace mucho tiempo.
—¿Nos hemos convertido en leyenda? Hemos olvidado su cara. Hemos olvidado su voz. Pero nunca olvidamos...un olor. Su sangre lo traiciona, su alteza.
El gigante se acercó a la jaula de Isabelle, pero este tenía dos cabezas, dejando al que estaba hablando como el líder, mientras que su otra cabeza parecía más hueca que nada.
—Su alteza–dijo la otra cabeza. Isabelle asustada se fue más hacia atrás observándolos con miedo. El gigante movió la jaula haciendo que la princesa se tambaleara pero cayó.
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𝑹𝒆𝒈𝒊𝒏𝒂 𝒚 𝑱𝒂𝒄𝒌 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒂𝒛𝒂𝒈𝒊𝒈𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔
AventuraRegina y Jack dos hermanos con una vida simple y aburrida pero que pasará cuando estos dos hermanos se relacionen con los de la realeza y unos frijoles no tan comunes? «¡Fi-fai-fo-fam... de donde viene el trueno, no has de preguntar!».