𝓓𝓸𝓬𝓮

549 52 0
                                    

Seguían jalando la soga los guardias, cada vez se sentían más cansados pero no se podían dejar vencer. Los gigantes tiraron más fuerte y los guardias junto con el rey cayeron, haciendo que el puente de nuevo abriera.

—¡Cierren las verjas!– ordenó de inmediato Elmont.

Un guardia fue a cerrar la verja, mientras que los demás guardias se iban a colocar en posición, pues los gigantes ya estaban por entrar.

—¡Guardianes, lleven al rey a un lugar seguro!

—No lo permitiré–habló el rey sosteniendo su espada. Elmont lo miró y él asintió para que continuara. Todos sacaron también su espada.

—¡Retrocedan! ¡Posición defensiva!

—¡Posición defensiva!

—¡Formados! Sean fuertes.

Esperaron y los gigantes Por fin llegaron, el gigante llamado Fumm empezó a romper la verja con su basto. Al final de romperla, empezaron a entrar. Los guardias seguían con su espada en alto.

¿Huelen eso, hermanos?  ¿No les encanta cuando su sangre se coagula?

—Sí.

—Cortemos el tamaño de algunos, ¿de acuerdo?–alzó la voz Elmont.

Un ruido hizo que todos se  giraran, el gran tallo estaba saliendo destruyendo el castillo. Los gigantes también veían el gigantesco tallo que iba subiendo.

—¿Cómo...?

El gigante miró de nuevo a los humanos, que intentaban retroceder pero parecía que buscaban algo o algo les estaba llamando la atención. De pronto Fumm fue el primero en tirar su basto al suelo, los demás gigantes también comenzaron a tirar sus armas y se pusieron de rodillas dando una reverencia dejando a los humanos algo confundidos.

—Hay algo detrás de mí, ¿verdad?–Elmont se giró al igual que el rey y los demás guardias. 

Todos miraron como Jack alzaba la corona del rey Erik. Se la colocó en su cabeza y caminó hacia los gigantes, detrás de él iban Isabelle y a su izquierda iban Regina y William tomados de la mano.  Los demás seguían viéndolos.

Jack al estar enfrente de los gigantes que seguían de rodillas, Isabelle se acercó más y le tomó la mano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jack al estar enfrente de los gigantes que seguían de rodillas, Isabelle se acercó más y le tomó la mano. El rey miró y se pudo ver una pequeña sonrisa miró a Elmont y el también sonrió.

Los demás comenzaron a festejar, Regina estaba tan emocionada que saltó en los brazos de William, pero eso no fue lo que impresionó al chico, si no que ella lo tomó de su armadura del pecho y llevó sus labios a los de él. Ella rápido se separó y lo vió algo avergonzada por lo que hizo. Pero antes de que ella se separara por completo, él la tomó de la cintura y con una mano tomó su mejilla y la volvió a besar. Ella se ponía de puntillas, mientras que él sonreía en el beso.

𝑹𝒆𝒈𝒊𝒏𝒂 𝒚 𝑱𝒂𝒄𝒌 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒂𝒛𝒂𝒈𝒊𝒈𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora