𝓝𝓾𝓮𝓿𝓮

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Seguían bajando por aquel tallo, se había hecho de noche. Jack e Isabelle iban más atrás que los jóvenes. Regina reía por los chistes malísimos de Robin, William solo escuchaba y seguía bajando con cuidado.

—¿Oigan por qué tardan tanto...?

Regina miró hacia arriba pero al hacerlo una risa escapó de sus labios. Su hermano y la princesa se habían besado. Rápido se separaron, aunque estuviera oscuro se podían ver que ambos estaban sonrojados. Isabelle rió al igual que Jack.

—Al menos alguien se divierte–comentó William negando y siguiendo bajando pero se quedó viendo hacia Cloister–. Miren todas esas luces.

—¿Qué están haciendo?–preguntó Jack.

—Esperan para darnos la bienvenida–respondió Isabelle.

Pero claro era todo lo contrario, los guardias del rey estaban haciendo lo necesario para cortar ese gigante tallo.

Jack decidió que debían de descansar, así que se fueron durmiendo poco a poco, a excepción de la castaña y el azabache. La chica se acercó a él que seguía sentado viendo hacia el frente, donde nomas el cielo se encontraba.

—¿Puedo?–le preguntó señalando a su lado. El solo asintió y ella se sentó–, ¿te puedo preguntar algo?

—Seguro–contestó.

—¿Por qué tú no serás el rey? Digo tú eres un chico ¿no?

—Nunca le había contado esto a nadie pero... hace poco descubrí a mi tío decirle a alguien que yo no era primo de Isabelle, yo era hijo del mejor amigo del rey pero... cuando era bebé mis padres murieron y mis "tíos" decidieron cuidarme como alguien de la familia. Me dijeron que era su sobrino, también que era descendiente del rey Erik. Nadie sabe la verdad, ni siquiera Isabelle.

—Entonces soy la única que sabe?

—Digamos que sí.

Regina lo miraba y él al hacerlo le sonrió, ella le sonrió igual pero con ese brillo en los ojos, que a William le dio ternura.

—Bueno, descansa Will–dijo levándose con cuidado y yéndose hacia otro lugar para dormir.

—Es William–corrigió pero ya era tarde, ella ya se había alejado.

• • •

Ya había amanecido así que continuaron bajando.

Mientras tanto en el reino de los gigantes, Elmont y Roderick peleaban abajo de la roca por donde habían entrado. Los gigantes seguían sacando las rocas para ayudar a su rey. Pero Elmont le encajó el cuchillo en el pecho. Roderick se arrastraba por el piso pidieron ayuda. Pero murió. Elmont quiso ir a quitarle la corona, pero ya era demasiado tarde, los gigantes ya había tomado el cuerpo de Roderick.

—¡No!–gritó Elmont. Él miró por arriba del hoyo que hicieron. El general de los gigantes había tomado la corona para colocársela en sus dos dedos.

Se giró hacia los demás, levantó sus dedos donde estaba puesta la corona y gritó:

—¡Viva el rey Fallon!

—¡Viva!–dijeron al arrodillarse.

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𝑹𝒆𝒈𝒊𝒏𝒂 𝒚 𝑱𝒂𝒄𝒌 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒂𝒛𝒂𝒈𝒊𝒈𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora