「08」

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Narra Isabella

Abrí los ojos y disfruté esos milisegundos en donde no sabes quién eres ni en dónde estás. Recordé todo y por un lado sentía una paz muy linda al saber que en otra habitación estaba ella. Me alegra saber que confía bastante en mí como para otorgarme un empleo tan rápido y dejarme vivir en su hogar, a pesar de que sé sus intenciones. Por otro lado, estaba enfadada porque dijo literalmente que su trabajo valía más que yo, cosa que me hirió. Sé que tiene demasiadas cosas profesionales que resolver y que estará ocupada la mayoría de veces, pero de ahí a decir algo tan hiriente sin importarle que yo estuviera presente, dolió.

Lamentablemente no me puedo ir porque ya estaba decidida a renunciar en el local de comida y mi jefe si o si me iba a despedir debido a mi falta sin justificación del día anterior.

Gracias a que la habitación que me asignó Madeleine tiene baño, pude realizar mi cotidiana rutina de mañana. En esa rutina estaba el hecho de bañarme. Luego de secar mi cuerpo, comencé a vestirme con ropa casual.

Suspiré. Hoy renunciaría. Agradezco que conocí a Erick en ese apestoso lugar, pero en serio odiaba trabajar en algo que apenas me pagaban. El jefe era muy turbio, ya que siempre lo veía muy apegado a Dana, mi futura ex compañera de trabajo.

Bajé las escaleras, acompañada de mi perrita Molly. Observé a Madeleine, estaba sentada en el comedor mientras mordía una manzana roja. Se veía muy bien con un vestido negro y ajustado, me encantaba que su escote pronunciado le daba un toque sensual. Me observó con serenidad y yo mantuve mi rostro serio.

—Hasta que despiertas, ya es tarde. — dijo tranquilamente.

—¿Qué hora es? — realmente no tenía idea.

—Ocho y media. — me siguió mirando, mientras mascaba su manzana.

—Perdón, me estaba bañando. Pero ¿por qué me necesitas?

—Es tu primer día de trabajo.

Ni siquiera me había dado algún tipo de contrato, ni yo había renunciado a mi antiguo trabajo. Todo esto es tan informal que me causa inseguridad.

—No he renunciado. — dije y ella me miró despreocupada.

—Vas después de que te presente en la empresa. — ordenó.

—Come algo, ahí hay yogurt, frutas, lo que sea. Aunque te sugiero que no consumas alimentos muy procesados o frituras. — continuó.

—Está bien, gracias. — dije tímida y saqué un plátano cuidadosamente, proveniente de un plato que estaba lleno de frutas.

Ella se retiró y mientras subía las escaleras observé su voluminoso trasero, pero me sentí mal al hacerlo, así que miré hacia otro lado. Tiene un cuerpo con el que de seguro la gente se deleita al observarlo.

Saqué la cascara y la tiré al basurero. Amaba este departamento, tiene un toque minimalista, pero el lujo se hace notar.

Miré los tiernos ojos de Molly y le di un trozo de banana, sabía que eso no le provocaba daño. La amo tanto, me acompaña siempre que puede y me duele pasar poco tiempo con ella, pero es para que viva tranquila y con la mejor comida del mundo.

Madeleine bajó con prendas colgadas en su brazo, supuse que eran para ella.

—¿Podrías utilizar esto? Dije que me haría cargo de tu vestimenta. — me observó, atenta a mi reacción.

—¿No te gusta cómo voy? — a mí me fascinaba ir cómoda.

—Simplemente esta ropa es más formal, no te crítico.

Eleuteria ; Lesbian [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora