「03」

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Para despejarme, fui otra vez a una fiesta con Erick. No me emborraché, solo conversamos con varias personas y aprovechamos de bailar en grupo. Admito que coquetee con una chica, pero sólo intercambiamos número y nos besamos.

Mi rubio igual estaba triste así que aprovechamos esa fiesta para dejar los malos pensamientos atrás.

Volví a mi vida normal, después de esa fiesta. Necesitaba ese despejo mental. Casi ya no me dolía lo que sucedió la otra noche, recuperé mi autoestima cuando la mayoría de miradas caían en mí. Traté de olvidarla, pero se me hacía imposible, quedé con miles de dudas. Al menos supe como sabían sus dulces labios.

—Fue una fiesta increíble, debiste haber ido con nosotros, Lau. — mi amigo le contaba a mi compañera, Laura.

Hoy nuevamente estoy de cajera, Erick ahora mismo está trabajando en el área de la cocina, pero básicamente se da sus vueltas por aquí.

—Sí, Lau. Para la próxima salgamos todos juntos. — dije y me di la vuelta para atender a más clientes.

Anotaba las órdenes y las personas agradecían, había unos que ni siquiera agradecían, pero no importa, con tal que compren.

La vi a lo lejos, estaba con una chica de mi edad; cabello rosa, dos piercings en sus cejas y una camiseta roja. La señora mayor, Madeleine, traía una camisa formal blanca con un escote amplio. Santísima virgen, ¿cómo olvidarla?

Admito que me sentí mal, me sentía súper reemplazable e imbécil. De seguro con ella se irá a la cama, le dirá cosas bonitas, mientras a mí me trató como si fuera la peor persona del mundo. Aún no la supero, pero trato de no ser una resentida.

Me encontró observándola y giré la cabeza. Soy demasiado obvia.

—Bueno, ustedes avisan y vamos. —Dijo Laura, con una tierna sonrisa en su rostro.

Mi compañera de trabajo es una chica morena, estatura promedio, cejas preciosas y unos ojos marrones con unas pestañas de ensueño, es muy tierna. Su personalidad es tímida y se caracteriza por ser demasiado tierna.

Correspondí la sonrisa y seguí trabajando, aún con un poco de tristeza. Ya me quería largar del trabajo y no verla más.

La gente iba y venía. No sé cómo compran aquí tan seguido, incluso ella, aunque siento que viene sólo para joderme. Sé que suena egocéntrico, pero siempre que está aquí se sienta y me mira. Podría llevar su comida en el auto, si tanta gana tiene de comer algo chatarra.

Levanté nuevamente la mirada hacia su mesa. Estaban besándose, a la vista de todos. Madeleine me miró de reojo mientras besaba a esa chica. Sé que hace todo esto a propósito, y vaya que le funciona, me pone celosa y triste. Desvié mi vista hacia la ventana y recordé que hoy podía salir temprano.

—Erick... ¿Te parece si ya nos vamos? — me acerqué a su área de trabajo.

—Bueno— sonrió.

—L-lo siento si soy metiche... Pero, ¿ya se van? —preguntó Laura, mientras se acercaba a nosotros.

—Sí, creo que Francisca quedará a cargo. —me saqué la gorra del uniforme.

—Ah, está bien. Yo me quedaré para hacer horas extras, cuídense. —nos sonrió.

—Igualmente. —dijimos Erick y yo al unísono.

Fui al baño para retocar mi maquillaje, natural pero tierno y a la vez sexy, me encanta. También entré al cubículo para cambiarme de ropa, la cual constaba de una camiseta negra y escotada, junto a un pantalón de mezclilla. No tenía ganas de venir muy arreglada, aunque las joyas son sumamente importantes.

Eleuteria ; Lesbian [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora