Después de aquella noche fue prácticamente imposible para Kuroo estar cerca de Kenma. Se sentía culpable y nervioso alrededor de él. Se encontraba a sí mismo evitando su mirada y estar junto a él, cosa que era bastante complicada siendo que ambos vivían juntos.
Después de aquel incidente decidió que era importante marcar su distancia con el pequeño, por lo que a partir del día siguiente le comunicó que dejaría de ayudarlo con sus baños y que de ahora en adelante tendría que hacerlo por el mismo.
La situación de la hora de dormir, sin embargo, continuaba siendo complicada, pues aún tenían que compartir la misma cama todas las noches y le era algo difícil dormir sabiendo que Kenma estaba a su lado.
Así transcurrió el fin de semana, por fin era lunes y nunca esperó haber deseado tanto que el lunes llegara. No es que le emocionara particularmente comenzar otra pesada semana en la universidad, pero si le agradaba la idea de mantenerse momentáneamente separado de su departamento, es decir, de Kenma.
Si.
Distancia era lo que hacía falta.
Pasó todo el día en la biblioteca y de camino a casa le compró una rebanada de pay de manzana a unas estudiantes que lo vendían en el campus. Se convenció a sí mismo que lo hacía para ayudarlas a recaudar para su viaje de estudios, pero la verdad era que lo hacía porque quería ver la cara de felicidad que pondría Kenma al verlo, después de todo era de sus postres favoritos junto con los dangos.
Se apresuró a llegar a casa, ya que, aunque había estado evitando estar ahí, al final de un largo y cansado día era todo lo que quería. Además, era un poco más tarde de lo que usualmente solía llegar a casa y estaba seguro de que Kenma estaría hambriento
Al abrir la puerta no lo invadió el característico aroma a su hogar, no, esta vez lo recibió un fuerte olor a quemado y una gran nube de humo cubriendo su sala. Se alarmó enseguida y entró corriendo
—¡KENMA! ¿DÓNDE ESTÁS? ¿ESTÁS BIEN? — se dirigió directamente a la cocina, donde encontró al pequeño tumbado en el piso, seguramente se había desmayado al inhalar el humo. Lo primero que hizo fue abrir todas las ventanas para dejar circular el aire, después buscó el origen de aquel humo y encontró una pasta sin forma chamuscada, al parecer Kenma había intentado cocinar por sí mismo. Por suerte, no hubo un incendio real, pues no sabía que hubiera pasado de ser así.
Se sentía culpable.
Si no hubiese tardado tanto en llegar, Kenma no habría tenido tanta hambre para intentar cocinar algo solo, a veces olvidaba que era como un bebé en el sentido de su poca habilidad para cuidar de sí mismo en tareas convencionales para un humano normal.
Después de unos minutos el apartamento estaba libre de humo y en poco tiempo Kenma despertó de un saltito, totalmente alarmado. Estaba tan asustado que sus orejitas y cola aparecieron momentáneamente y Kuroo se sonrojó, pues había olvidado lo adorable que se veía así
—¿Estás bien? — preguntó preocupado —¿Qué pasó?
—Kuroo— dijo con voz triste — Lo lamento, quería sorprenderte cocinando algo, pero no salió como esperaba
—¿Qué rayos intentabas hacer? — preguntó nuevamente, esta vez con una ceja alzada mientras levantaba el sartén con aquella extraña mezcla que parecía cemento — ¿Qué se supone que era esto?
—Spaghetti
—Ah...ya veo. — hizo una pausa intentando contener la risa, pues eso parecía más una mezcla de embudo o cemento que algo comestible remotamente parecido al spaghetti — ¿Por qué intentaste cocinar? Sabes que siempre traigo cena o la preparo yo
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-ˋˏ My one and only cat ˎˊ- 「 KuroKen 」
FanficKuroo se encuentra un pequeño gatito al salir de la universidad en una noche fría de otoño. Decide llevarse al gatito a casa, pero se lleva una sorpresa al despertar al día siguiente con un hermoso chico de cabello amarillo con raíces negras complet...