Pasaron horas, días, meses.
Fueron tiempos demasiado difíciles de sobrellevar.
Al principio pensó que volvería dentro de unos días como lo había hecho anteriormente.
La costumbre le había dado esperanzas.
Luego fue un mes.
Fue paciente incluso cuando pasaron dos meses.
Las llamadas, los mensajes, nada de ellos fueron recibidos.
Ethan nunca le habló sobre eso incluso cuando Sebastian había sido muy persistente.
Le preguntó a sus compañeros de clases y maestros pero nadie sabía nada.
¿Qué haces cuando la persona que te gusta desaparece de esa manera? A pesar de los muchos momentos que ellos pasaron juntos, Sebastian no pudo sacar alguna información sobre Ethan.
Se sentía como una persona perdida, un alma vagabundeando en busca del sentido que perdió junto a la vida. No era una exageración. Sebastian ni siquiera sabía cómo debía sentirse realmente al respecto.
Había confiado ciegamente en Ethan, y había esperado que el chico le brindará una fracción de confianza. Él no esperaba que el chico se entregará completamente a él, incluso no como pareja, como un amigo. Que le contara sus problemas y no tenerlas que adivinar, sabes si estaba bien o si estaba pasando dificultades.
Sebastian no podía considerarse a sí mismo su pareja. Las cosas entre ellos ni él las entendía. A veces Ethan parecía corresponderle pero otras veces imponía distancia entre ambos.
Pero incluso una persona ajena, un vecino o un amigo, tendrían cierta información sobre sus conquistas. ¿Cómo es que él dejó pasar ese detalle? ¿Parecía que no le importaba realmente el chico? Porque él sabía que no era así. En absoluto.
Tampoco quería echarle toda la culpa a Ethan. Debe tener sus razones.
— Quiero decir, hombre, no sé si estás de mal humor o de nuevo estás siendo idiota por un tipo.
Para ser honestos, fue la primera vez que Isier le habló de esa manera.
— De quién exactamente hablas ¿De ti?
Reconocía haber estado algo insoportable los últimos días, pero suponía que ese mejor amigo suyo ya lo conocía como la palma de su mano. Y pensaba que estaba acostumbrado a él.
— Quiero decir ¿eres el único que pasa por momentos difíciles? ¿Realmente te preocupas por los demás? ¿Estuviste con él por más de un año, malditamente esa neurona tuya para qué exactamente funcionó? Él chico se veía fatal físicamente la ultima vez que lo vi...
— ¿CREES QUE NO LO SÉ? Joder, incluso preguntaba por sus familiares y él esquivaba el tema cada vez — hizo una pausa antes de seguir — . Lo siento.
Isier no habló.
Sebastian lo conocía mejor que nadie. Y la razón por la que no se enoja con él es debido a eso. Él sabe, después de todo, que Isier estaba infeliz. No le pregunta la razón.
Ese es el problema.
Incluso si preguntara ahora, Isier no lo diría. Era un tipo dificil de tratar. Sebastian se consideraba bastante sencillo, como un personaje secundario en una novela jugando un papel insignificante de un tipo sin bastantes complicación.
Incluso Isier no sería el protagonista.
Isier era, después de todo, Isier.
Era extremadamente bueno cuando estaba feliz y buscaba pelea cuando no lo estaba. Si Sebastian llegaba un poco tarde, nunca sabría la razón de su pésimo humor. Como ahora, sólo se dio cuenta cuando comenzó a preguntarle.
Y Sebastian no quiere pisar, por error, la mina en el campo.
Solo puede disculparse y dejar que él enorme tipo en su habitación disminuya su temperatura. Lo único que puede hacer ahora es abrazarlo como a un niño pequeño y persuadirlo lentamente.
— Está bien, soy un idiota. No di lo mejor de mi — él dice.
— Mmn
Ambos resuelven sus problemas como personas "civilizadas", Sebastian agradece internamente por hacer que Isier fuera como un libro abierto, de otro modo, quizá no haya podido mantener a ese tipo a su lado. Y no cree que su vida sin él fuera como lo es ahora. La persona que más lo apoya era Isier. La persona que lo entendía era Isier. Básicamente dependía de él. Y esperaba que eso fuera mutuo.
Tal vez no estaba a la expectativa de un buen amigo, pero trataba de serlo. Dar y recibir.
Sus días siguieron igual, sin ninguna información sobre Ethan. Para ser honestos, perdió la cuenta. Sin embargo, no podía fingir como si nunca hubiera conocido al chico, su memoria era tan divergente que se había salido de su control.
Isier insistía que pedir información en la dirección era una buena opción.
Sebastian insistía que eso era arriesgado.
Lo que ambos no sabían, es que si hubiesen pedido información en la dirección nadie les proporcionaría ni una milésima a petición de Ethan.
Fue la razón por la que Sebastian no encontró ni siquiera una pequeña pista de su paradero.
No hasta que, ese día llegó...
Y lo recordaba como el fragmento de una película reproduciéndose una y otra vez en su memoria.
Fue cuando él regresó del trabajo, había llovido intensamente en todo el día cuando, según el pronóstico del tiempo, no se supone que sucedería. Fue inmediatamente a su apartamento después de salir del auto en el estacionamiento.
Su traje elegante estaba empapado, producto de las travesuras de sus alumnos.
Cuando llegó al pasillo que lo conducía a su apartamento, sintió, de repente, que el aire en sus pulmones se habían esfumado a a algún lugar. Entrecerró los ojos constantemente pensando que estaba soñando o algo. Con pasos lentos, se dirigió a ese apartamento que aún mantenía las luces encendidas. Tenía miedo, miedo de despertar y darse cuenta que todo fue una ilusión.
Llegó hasta donde el quería ir y entonces lo vio. De espaldas a él.
Era Ethan.
Y estaba preparando una maleta.
Pero era él.
Sebastian no lo pensó tanto antes de soltar todo y abrazarlo por detrás. Lo había extrañado tanto. Y tal vez por toda esa emoción fue que no se dio cuenta que el cuerpo en sus brazos se había puesto tensa.
Porque lo pidieron aquí está. Estamos casi al final
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El chico del apartamento 512 - Gay love
Teen FictionUn espacio compartido, miradas llenas de emociones y la inevitable conexión que une a una persona con otra. Sebastian Watson es un hombre increíblemente despreocupado. No importa a donde vaya, siempre tendrá la atención que necesita, mujeres u hombr...