"El verdadero amor es encontrar a tu alma gemela en tu mejor amigo".
-Faye Hall.
Siempre, cuando un nuevo estudiante llegaba todos solían hacer un gran escándalo. La mayoría del tiempo no entendía a que se debía esa reacción exagerada, pero en ese momento, con aquel chico frente a él, lo comprendía totalmente.
Ojos y cabello azules como el mar, que hacían un precioso contraste con esa piel pálida que se acompañaba de un gesto serio, pareciendo casi desinteresado. A pesar de estar a la distancia podía notar lo alto que era, y como aquel uniforme negro se ceñía en su cintura, resaltando su delgado cuerpo. Estaba nervioso, a pesar de que su rostro no demostrara esa emoción podía verlo a kilómetros de distancia, podía notar como sus orbes azules se paseaban por la habitación evitando hacer cualquier tipo de contacto visual.
Reki lo observaba fijamente, observando todos los gestos y la velocidad en la que hablaba, no comprendí porque, pero por más que lo intentara no podría quitarle los ojos de encima.
El chico se presentó frente a la clase, pero en realidad no pudo prestarle atención, estaba demasiado centrado en sus pensamientos y todas sus palabras se escucharon como un eco. El profesor asintió y le pidió ir a sentarse, el chico comenzó a caminar hacia su dirección, Reki lo siguió con la mirada hasta que el peliazul terminó sentándose a su lado y la clase comenzó.
Nadie se había sentado a su lado por un tiempo y probablemente en otro momento se hubiese quejado, pero ahora mismo el pelirrojo estaba cansado, no había dormido la noche anterior y además, su muñeca le dolía demasiado después de aquel fallido duelo contra Shadow. Recostó su cabeza sobre el pupitre, aún dedicándole sutiles miradas al chico de ojos azules que estaba a su lado y casi sin darse cuenta se fue quedando dormido.
No supo cuanto tiempo pasó, pero despertó por el sonido de la campana y el ruido que hacían sus compañeros al salir del salón de clases ¿A caso había dormido hasta la hora del almuerzo? Se reincorporó lentamente, intentando acostumbrarse a la luz de la habitación y talló ligeramente sus ojos. Fue cuando se percató de la presencia a su lado. El chico nuevo no había salido todavía, se encontraba guardando sus cosas con demasiada calma. Sus miradas se conectaron fugazmente.
-¿Quieres almorzar conmigo?- El pelirrojo se sobresaltó un poco al escuchar la suave voz del ojiazul, le había tomado un poco por sorpresa y su timbre de voz le había recorrido todo el cuerpo. Respondió casi por instinto.
- Claro, me encantaría.- Reki juraba que había visto una leve sonrisa posarse en los labios del peliazul, pero no deseó agregar nada más al respecto. Juntos salieron del salón de clases.
Ninguno decía nada, solamente caminaban juntos y con vagas indicaciones el ojiavellana fue guiando al más alto hacia la terraza donde solía pasar el rato. Una vez llegaron, el peliazul se sentó al lado del otro chico.
-Entonces...-Reki tomó la iniciativa de hablar y las orbes azules se dirigieron a su dirección-¿Cómo te llamas?
-Langa Hasegawa.-Respondió inmediatamente. El pelirrojo asintió intentando memorizar el nombre.- ¿Cómo te llamas tú?
-Reki Kyan.-Ambos asintieron y siguieron centrados en comer.
Sorpresivamente después de aquella presentación fue más sencillo para ambos seguir la conversación.
-¿Qué te pasó en la mano?- Langa señaló hacia la mano vendada del pelirrojo. Este resopló ligeramente.
-Estaba teniendo una carrera en skate y me caí.- El peliazul prestó total atención a las palabras del chico y Reki sintió un escalofrío de que le mirase tan fijo.
-¿Carrera de skate?-El pelirrojo asintió.
-Sí, cada noche cientos de skaters se reúnen para hacer carreras. A aquel lugar se le llama "S"- Sabía que no debería dar tanta información sobre lo que se hace en ese lugar, pero por alguna razón que desconocía, Langa le daba confianza, sentía que era correcto contarle todas estas cosas.
- S...- Langa murmuró para él mismo.
-¿Te gusta el skate?- El más alto negó con la cabeza.
Nada más pudo ser dicho, pues de nuevo, la impertinente campana sonó, haciendo que tuviesen que levantarse para ir de nuevo a clases.
El siguiente periodo siguió con calma. Reki intentaba mantener su atención centrada a la catedra del profesor, pero le costaba ya que cada cierto tiempo sentía la mirada de Langa sobre él. Fuera de eso, las clases terminaron con normalidad y sin darse cuenta, ambos chicos estaban caminando juntos a casa.
-¿Tienes algo que hacer después?-Langa negó levemente con la cabeza y Reki sonrió en grande.-¿Quieres aprender a andar en skate conmigo?
No.
De ninguna manera.
No iba hacerlo.
-Oh, está bien.- Las palabras salieron involuntariamente de su garganta, sorprendiéndose a él mismo por la facilidad con que había accedido a tal petición.
-Es imposible mantener el equilibrio en esta cosa.- Langa estaba cansado, pues todas las veces que había intentando pararse en la tabla, había fracasado y como resultado obtenía un fuerte golpe en el pavimento.
-No es fácil, al principio a todos nos cuesta aprender a pararnos, pero es cuestión de que lo intentes ¿Está bien?- El peliazul asintió.
-Está bien. Lo intentaré otra vez.- Se acercó a la tabla, colocó sus pies de la forma en que Reki le había estado explicando las veces anteriores y dejó caer su peso.-¿Funcionó?
-¡Funcionó!- Pero poco les duró la emoción, ya que, intentando mantener el equilibrio Langa volvió a tropezar.- No puede ser.
Luego de que Reki se ofreciera a curar las heridas que el peliazul se había hecho, este se dispuso a ir a casa. Había pasado más tiempo practicando con el chico de lo que tenía planeado y el sol comenzaba a ocultarse.
Todo su cuerpo le dolía, maldecía la hora en que aceptó la invitación del pelirrojo, pero aún así, no podía negar que en serio se había divertido.
Reki se encontraba en su habitación, luego de estar todo el día practicando necesitaba darse un baño.
Comenzó a deshacerse de todas sus prendas, pero después de quitar su camiseta se percató de algo extraño, a su izquierda, a la altura de la cadera, habían unas palabras escritas.
"¿Quieres almorzar conmigo?"
¿Qué estaba pasando?
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SOUL SISTER | LANGA X REKI
FanfictionLas primeras palabras que intercambias con tu alma gemela se quedan grabadas en tu piel. No. Simplemente no era posible. ¿El chico nuevo era su alma gemela?