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Soul Sister

"Un vínculo entre las almas es antiguo, más antiguo que el planeta" 

-Dianna Hardy.

A pesar de que hacía muy poco tiempo desde que conoció a Langa todo en su vida era una montaña rusa de emociones, desde el tener que lidiar con la idea de que el peliazul era su persona destinada hasta las forma imprudente que tenía el chico de actuar, metiéndolos a los dos en situaciones complicadas. 

Aún así y pese a las cosas que se le habían ido de las manos, estaba feliz y por primera vez en su vida se sentía completo, disfrutaba al máximo el tiempo que pasaba con Langa, tanto, que a veces llegaba a odiar la hora de ir a dormir y ansiaba porque la hora de despertar llegara para poder encontrarse con él de nuevo. 

Toda su familia había notado el cambio en la actitud del pelirrojo, pero nadie se atrevía a preguntar cual era la causa, solamente se limitaban a observar la enérgica actitud del chico en las mañanas y la sonrisa con la que volvía en las noches. Normalmente Reki solía emocionarse fácil con sus nuevos hobbies y era muy disciplinado haciendo las cosas que le apasionaban, por lo que no era raro para la familia ver al chico con esa cantidad de energía y emoción, pero, por alguna razón, esa vez se sentía diferente, era como si el aura del chico hubiese cambiado completamente. 


Por otro lado, la situación de Langa no era tan diferente, pues su madre también había notado ese cambio positivo en su hijo. Al principio estaba bastante preocupada por la mudanza, ya que las cosas habían cambiado muchísimo en sus vidas en el tiempo reciente y tenía miedo que todo eso afectara de manera negativa a su hijo, pero ahora, viendo como en cuestión de semanas la actitud del peliazul había cambiado completamente, logró disipar todos los malos pensamientos. 

Langa siempre fue un chico de pocas palabras, solían quedarse frente a frente en el comedor a la hora de cenar y nadie decía nada, pues la mayoría de veces no era necesario, pero ahora mismo, su madre estaba tan curiosa respecto a lo que tenía tan de buen humor a su único hijo que no pudo evitar hablar. 

-Langa...-El mencionado subió la vista prestándole atención a su madre, quien continuó.-¿Pasó algo bueno?

-¿A qué te refieres?- La mujer se encogió de hombros. A veces le causaba un poco de gracia darse cuenta que le era demasiado complicado mantener la comunicación con su hijo. No por nada en particular, pero no sabía bien como dirigirse para no ponerlo incómodo, así que era extremadamente cuidadosa con las palabras que usaba a la hora de hablarle. 

-No lo sé. Ahora que hiciste amigos tengo más curiosidad respecto a las cosas que te interesan, te he visto de muy buen humor y...-No supo que más decir, pero Langa seguía observándola fijamente. Aunque el chico no fuese de muchas palabras, sus ojos siempre lo delataban, curiosamente, sin necesidad de decir nada, sus ojos le decían todo, eran demasiado expresivos a la par que preciosos, dos hermosas lagunas que habían sido heredadas de su padre. 

-He estado practicando skate con unos amigos. Es bastante divertido y me recuerda cuando podía hacer snowboard.-Nanako observó como las comisuras de sus labios se levantaban, en un leve intento de esbozar una sonrisa que no se terminaba de concretar.-También conocí a una persona...-No terminó de decirlo, pero la castaña inmediatamente pudo intuir a lo que se refería. Sus ojos brillaron con ilusión, Langa podía hacer el intento de esconderlo todo, desde sus emociones hasta sus intereses, pero el brillo que había en su mirada jamás sería capaz de esconderlo. 

-¿Cómo se llama?- El chico frente a ella agachó la mirada. Podía notar el nerviosismo en su lenguaje corporal, lo que le hizo sonreír ligeramente.- Soy tu madre, tengo derecho a saber el nombre de la chica que te gusta.-Inmediatamente Langa levantó la cabeza y la miró con confusión.

-¿Chica...?- Nanako sintió su cuerpo tensarse y conectó su mirada con la de su hijo. 

-Oh...-Río ligeramente intentando aligerar el ambiente y Langa soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo en sus pulmones.- Entonces ¿Cómo se llama el chico? 

-Reki...-De nuevo el brillo en sus ojos estaba ahí, también podía notar un ligero rubor en sus mejillas y lo más importante, la leve sonrisa que no pudo ocultar después de que el nombre salió de sus labios. La castaña sonrió a la par, estaba feliz de que su hijo por fin estuviese abriéndose el mundo. 

-¿Cómo lo conociste?- Langa de nuevo agachó la mirada. Le costaba demasiado hacer contacto visual con las personas y al momento de hablar con alguien solía desviar la mirada a todas las direcciones con el fin de conectar sus ojos con los de alguien más, su madre estaba costumbrada a esa actitud de su hijo. 

-En la escuela, el primer día que fui.-Langa jugaba un poco con la comida de su plato, y miraba al vaso con agua y los ligeros movimientos que hacían con el suave movimiento de la mesa.-Ya sabes, hablamos un poco, pasamos la tarde juntos y cuando volvimos a casa ambos nos dimos cuenta que somos almas gemelas...Todo ha salido bien entre nosotros desde entonces, pero ninguno de los dos se ha atrevido a dar un paso más.-

Nanako sonrió forzadamente. En ese momento estaba recibiendo una cantidad enorme de información y no sabía como lidiar con ella, en verdad le gustaría que su hijo fuese un poco más abierto y le hubiese comentado a cerca de encontrar a su alma gemela, pues un acontecimiento tan importante no puede tomarse a la ligera y ser algo que simplemente se ignora, pero estaba feliz de que en ese momento le estuviese contando lo que ocurría en su vida, así que simplemente se guardó su emoción para otro momento y continuó con la conversación. 

-¿Por qué no has dado tú el siguiente paso?- Las mejillas del peliazul estaban rojas y era mucho más notorio el color en su pálida piel.- Si los dos se quedan esperando a que el otro de el paso que sigue probablemente nunca lleguen a nada.

-No lo sé...-Langa no lo había considerado, sabía que deseaba poder llegar a tener algo con Reki, ya que a parte de ser su persona destinada era un maravilloso ser humano y disfrutaba todo lo que tuviese que ver con él, pero jamás había cruzado por su mente la idea de ser él quien tomara la iniciativa. 

-Nadie te obliga a hacerlo, pero es el consejo que puedo darte como tu madre. Si en realidad te gusta y estás seguro de tus sentimientos y consideras que son correspondidos ¿Qué pierdes al intentarlo? Invítalo a una cita o algo similar, aclaren lo que sienten por el otro. 

Langa se quedó pensando al respecto y su madre no quiso interrumpir más, por lo que terminaron de cenar en silencio y ambos se fueron a sus respectivas habitaciones sin volver a tocar el tema. 

Langa apretó su teléfono con sus manos, estaba indeciso y por primera vez en mucho tiempo tenía todos sus sentimientos a flor de piel.


Reki estaba recostado en su cama. Sostenía entre sus manos una revista que había comprado recientemente y estaba completamente inmerso en su contenido, lo único que pudo interrumpir su calma fue el teléfono, con el sonido de notificación y la pantalla iluminada que se encontraba en su escritorio. Giró en la cama hasta que estuvo lo suficientemente cerca para tomar el teléfono sin tener que bajarse de la cama y revisó el mensaje. 

Sonrió al leer el remitente, hacían muy pocas horas que se había visto con Langa, pero aún así su corazón se aceleró al leer que era él. En cuanto abrió el mensaje su estómago dio un vuelco y sintió como sus mejillas se pusieron rojas. 

Langa:

-¿Estás libre este fin de semana?

-Quizás ¿Podríamos tener una cita?

Su corazón se aceleró inmediatamente y sonrió sin darse cuenta.

Comenzó a teclear con rapidez mientras sus manos temblaban ligeramente. 

Reki

-Me parece bien. 


SOUL SISTER | LANGA X REKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora