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Our lady of sorrows

"Aunque las almas gemelas no te estén buscando, te encontrarán"

- Kevin Ansbro.

Sus intentos de dormir fueron inútiles, pues solamente daba vueltas en las sábanas, esperando que eso pudiese calmar los pensamientos en su cabeza. Por más que lo intentaba, no podía concentrarse en otra cosa que no fuese la marca en su cadera. 

No sabía que hacer, no sabía que decir y mucho menos que pensar, pues en sus planes actuales no estaba el encontrar a su alma gemela. Y aunque sabía que el hecho de Langa fuese su alma gemela no significaba que inmediatamente tenían que ser pareja, aún así le preocupaba la reacción que iba a tener el peliazul. 

Todo fue muy repentino. No sabía que haría cuando tuviese al ojiazul frente a él a la mañana siguiente. 

Suspiró sonoramente y se cubrió hasta la cabeza con las sábanas. Dejaría que las cosas fluyeran con naturalidad, de nada le servía preocuparse por adelantado ¿Verdad?


Llegó al salón de clases y al cruzar por el umbral de la puerta pudo notar que Langa ya se encontraba en su asiento, con la misma expresión neutra, que le complicaba saber lo que estaba pensando. Notó que en la cara del chico habían algunos curitas, que probablemente tapaban las heridas que se había hecho la tarde anterior y que en sus pálidas manos habían varios raspones y rasguños hechos también por la gran cantidad de caídas que había sufrido. 

Caminó con cautela, pensando que quizás, si no hacía ruido,  el peliazul no se iba a percatar de su presencia. Una vez llegó a su asiento se acomodó en el, intentando no voltear a su derecha para evitar el contacto visual. No sabía si era su imaginación, pero había tensión en el ambiente y en ese momento deseaba haberse quedado en casa. 

-Debiste haber dicho algo más lindo.-Dio un saltito al escuchar la voz del ojiazul y lo miró por el rabillo del ojo. Le sorprendía lo inexpresiva que podía ser su cara, no sabía si estaba molesto o si simplemente estaba intentando sacarle tema de conversación.

-¿Cómo...?-Una leve sonrisa se dibujó en la cara del más alto. 

-Si tus palabras van a quedar por siempre en mi piel hubiese preferido que dijeras algo más lindo ¿Sabes?-Ahora fue el turno del pelirrojo de sonreír.

-Por lo menos tu no tienes una invitación a almorzar tatuada en tu piel.-Los dos soltaron una suave risita. 

El ambiente se había aligerado, y Reki estaba feliz de que las cosas fueran así, no quería que todo se volviese incómodo con el chico nuevo, sobre todo porque en realidad le había agradado. 

-¿Donde tienes la marca?-El ojiavellana cuestionó y Langa se giró a verle. Sus ojos se conectaron, causándoles un escalofrío a ambos pero ninguno mencionó nada al respecto. 

-En la clavícula.- Reki asintió.- ¿Dónde la tienes tú?

-En la cadera.

-¿Me dejas verla?- El pelirrojo soltó una leve risa. 

-Sí... Mejor no.- Nada más pudo ser dicho, pues el profesor les interrumpió haciendo su entrada y dando por comenzada la clase. 

SOUL SISTER | LANGA X REKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora