Hay sentimientos que no cambian fácilmente y hay otros... Que simplemente no se pueden evitar.
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Se había despertado a despedir a su hermana y padre, quienes viajarían con el señor feudal por ciertos motivos diplomáticos. Con un abrazo bastante inusual de parte de Hanabi, se despidió de su hermana, no la podía culpar, la había preocupado últimamente. Una reverencia de Hinata y una despedida corta pero amable de su padre bastó para despedirse de ella. Hinata sonrió ligeramente al ver salir el carruaje del complejo Hyuga.
"Tengan Cuidado" - susurróSintiéndose al menos 85% física (y mentalmente) recuperada decidió que era momento de volver como ninja activa de su villa. Con un poco de entrenamiento volvería a estar en forma y enfocarse en su carrera profesional. Ya había estado sintiendo lástima por si misma mucho tiempo y si de algo estaba segura era de que aquello no la llevaba a ningún sitio, al menos no a uno bueno.
La plática del día anterior con Naruto le había renovado las fuerzas para seguir adelante y por sobretodo su corazón había bombeado como todas las ocasiones, sin embargo por primera vez sintió que la charla y convivencia con el rubio había fluido de manera natural y hasta con tintes románticos.Sacudió esa idea de su cabeza, quizá y solo ella pensaba aquello, Naruto solo fue atento con ella sin segundas intenciones. Sería mejor si dejaba esa clase de emociones en segundo plano, aunque fuese muy difícil por su personalidad.
En Naruto radicaba tanta energía y positivismo que Hinata no dejaba de pensar cuan increíble era aquel rubio, aquel chico que la había salvado en más de una ocasión.Después de despedir a su familia se hizo la idea de que las cosas debían seguir su flujo naturalmente, su padre no volvió a tocar el tema hablado, es más,
jamás le preguntó el cómo terminó tan lastimada, algo que agradecía puesto que no sabría que decirle a la persona que sabía leerla a la perfección y de saberlo quien sabe que tipo de escenario desencadenaria.
El cielo lucia tan desconsolado, triste. Tan diferente al día anterior.Salio de su casa dispuesta a presentarse frente a la torre del Hokage, definitivamente iría por el permiso de usar el área de entrenamiento del ala 8, aquella que siempre le prestaban a su equipo para entrenar.
Comenzó de manera lenta, pero poco a poco empezó a andar con facilidad. Caminaba divagando entre todo aquello que nos hace lo que somos.
Antes de platicar con Naruto su idea de las cosas que vivió la hacían engañarse a sí misma, finjiendo que jamás sucedió. Negando así mismo las acciones que erróneamente tomó. A fin de cuentas somos el resultado de las decisiones que tomamos en nuestras vidas y aquello fue justamente eso, un error del cual debe aprender a no repetirlo jamás. Si fuese real todo aquello que la atormentaba o no, debe sobreponerse a la situación y vivir el presente sin remordimientos.
Aquel mundo que fue visto en sus memorias conviviendo con los Uchiha en su infancia era algo que no recordaba haber sucedido. Y aunque quisiera atar poco a poco los cabos sueltos sabría que no la llevarían a un buen desenlace. Su padre por ejemplo, inquieto por aquella extraña conexión de los sucesos la había desconcertado. ¿Porque su reacción fue tan extraña?
Ahora bien, estaba aquella persona... Sasuke...
-Aaaaaah- suspiró.
Era difícil decir su nombre ahora sin pensar demasiado en lo que pasó, pero él... sin embargo, no parecía saber nada del asunto. Aún cuando ella se plantó enfrente queriendo sacar sus dudas.
Las cosas terminaron fuera de control.
Y aunque fuera verdad, él Sasuke que ella vió en sus recuerdos no era nada a comparación de aquel que encontró en ese oscuro día. La luz de esperanza que le dio el pensar que el Sasuke que tanto se esmera en regresar Naruto es el mismo Sasuke que ella creía se desvaneció. Pero increíblemente no le sorprendía lo suficiente.
No cuando no era sorda ante los rumores entre la gente.
No cuando se hablaba de las terribles cosas que hizo con Orochimaru.
No cuando su nombre ya resonaba entre la sombras, sumergiendolo en el camino del deshonor. Aquello que la familia de Hinata jamás toleraria. Y que en alguna ocasión escuchó el nombre de aquel joven en un pasillo de la mansión.
Y más que odio, generaba pena en la sociedad. ¿Cuanto tuvo que soportar para llegar a ese punto? La gente sacaba por si sola sus conclusiones.
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El jardín de las flores
FanfictionDurante la última misión Hinata es separada del grupo por nadie más que Itachi Uchiha, aterrada pero aún con esperanza en el corazón decide hacerle frente. ¿Qué acontecimientos desencadenarán este inusual encuentro? Hinata se dará cuenta entonces qu...