Brote

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El viento sopló nuevamente, meciendo los largos mechones azulados de Hinata, las hojas bailaban a su alrededor haciendo la atmósfera aún más envolvente.
Su llamar la había descolocado, pero debía seguir concentrada.

-No deseo prolongar más este encuentro, Hinata-
Itachi dió otro paso más hacia ella logrando alarmar a la peliazul y sentirla aumentar su chakra. Estaba asustada.
Caminó un paso en dirección de la kunoichi.
Una pequeña punzada de dolor apareció entonces en la cabeza de la peliazul,en su frente justo un poco arriba de sus ojos para ser exactos. Fueron unos segundos por lo que Hinata pudo lidiar con ello.

-¿Ppor que me ha se-separado de mi grupo? ¿Qué desea de mi? - Aumentó su chakra acumulandolo en la palma de sus manos, ese jutsu aún no estaba listo, pero sin embargo era su mejor movimiento. Neji le había ayudado mucho a perfeccionarlo. - le falta control, sigue siendo inestable - le había dicho.
-No tema, no le haré daño. Sus dudas serán resueltas- soltó el uchiha. Esta vez dijo sin avanzar.
¿Cómo confiar en él?, un Traídor de su talla quien era conocido en las 5 grandes naciones shinobi como el asesino de su clan no tendria ni la mínima pizca de generar confianza. Y aún así Hinata dudó.

Se miraban ahora a los ojos, cada uno reflejando sentimientos diferentes; melancolía, miedo, dolor. Nuevamente fue invadida por las extrañas sensaciones que el Uchiha le generaba, la burbuja que lo envolvía, su obscuridad... Lastimaba.

Una chica que no se atrevía a huir pero tampoco se movía a atacar.
-un corazón noble - pensó el pelinegro

Con una mano a la altura del corazón Hinata se armo de valor nuevamente
-¿Cómo podria  confíar en usted con todo lo que ha echo? ¡No lastime más a Konoha y a Sasuke-kun! - pronunció firme, como su primo le había enseñado. 
Posó entonces su mano tras de si, para alcanzar un pergamino donde podría transferir la información a base de chakra, solo necesitaba unos segundos, unos pocos que ahora parecían eternos.

Hinata estaba casi lista para atacar, cuando el aire se volvió más denso, tan siniestro. Fue entonces cuando Itachi decidió aumentar su chakra y por consiguiente, unos ojos color rubi aparecieron sobre su varonil rostro como un magnífico y elegante acto de aparición.

El sharingan había entrado en escena.

-Eso no será necesario, lo harás - sentenció el akatsuki.
Ella no comprendió del todo lo último dicho o a que se refería el Uchiha. Pero esto no tuvo importancia pues los siguientes acontecimientos sucedieron más rápido de lo que ella pudiese reaccionar.
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Todo fue... Como un sueño, sucedió demasiado rápido. En un instante, al parpadear, él apareció a unos cuantos pasos de mi cuerpo. Con delicadeza tocó mi frente y sonrió mientras con sus labios pronunciaba algo que no logró recordar.
En mi cabeza un pequeño susurro - Lo siento, por todo - aparece como lo último que recuerdo. Lo último que intento asimilar entre lo que es real y lo que no, fue antes de que todo se volviese obscuro.
Pero yo lo sabía, todo fue real.
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Un dolor en sus sienes apareció, con un punzar tan intenso que sintió que el cerebro le iba a explotar. Era como aumentar el dolor de hace unos minutos al 200%. Tan inexplicable y terrible que los ojos le lagrimeaban. Las venas del byakugan palpitaban y su chakra se volvió inestable.

El jardín de las flores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora