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Félix me llevó hasta una parte del jardín que nunca había visto, era un pequeño jardín cerrado lleno de rosas, con un hermoso sauce llorón en medio que dejaba caer sus ramas hasta el piso creando así una cortina que, cuando soplaba el viento, te relajaba con su sonido. Dejé mis cosas en un banco cerca de allí y comencé a ver a mi alrededor, era todo muy hermoso pero... ¿Por qué estábamos allí?

- M-Marinette... Sonará extraño pero, ¿Me concedes esta pieza? - Hizo una reverencia y extendió su mano para que la tomara.

Sentí una extraña sensación, como si estuviera por estallar de la alegría mientras algo presionaba mi pecho y mis mejillas se ruborizaban.

- S-si. - Dije algo confundida. Tomé su mano y el sonrió con ternura para luego colocar su mano en mi cintura, yo puse la mía sobre su hombro y comenzamos a balancearnos mientras nos mirábamos a los ojos.

Sin pensarlo mucho puse mis manos alrededor de su cuello y lo abracé, recostándome en su pecho, el también me abrazó y seguimos balanceándonos.

Era muy relajante estar así, siendo solo él, yo y el sonido del viento de fondo, como si nada más en el mundo importara, como si la vida se detuviera para darnos un momento de paz. Se que es mi mejor amigo, se que tengo novio, se que tal vez esto sea incorrecto, pero el torbellino de emociones que siento en este momento son mucho más fuertes que cualquier cosa, realmente siento... AMOR.

- ¿Sabes por que te traje aquí? - Dijo con tranquilidad.

- No lo sé. - Respondí sin despegarme de él.

- Porqué me gustas, Mari.

- ¿Qué? - Lo miré a los ojos.

(...)

Adrien tomó un bocadillo que estaba en la mesa, esperando a que Marinette regresara. Comenzó a mirar hacia todos lados pero no logró verla, miró su reloj, habían pasado 15 minutos y él ya estaba preocupado. ¿Habrá pasado algo? Se preguntaba mientras la buscaba con la mirada.

- Tal vez sigue en el baño. - Se dijo a si mismo en voz baja. Quería ir a ver si se encontraba ahí, pero sentía que estaba invadiendo su espacio y no quería hacer algo que tal vez molestaba, así que decidió esperarla un poco más.

"¿Tal vez esta hablando con alguno de mis familiares?", "¿Puede que este arreglando su maquillaje?", "¿Quizás esta hablando por teléfono?". Estas eran algunas de las cosas que se preguntaba mientras se quedaba en donde ella le dijo que lo esperara. Volvió a ver su reloj, ya habían pasado 10 minutos desde la última vez, estaba mucho más preocupado que antes. "¿Y si le pasó algo?" Cuando esta pregunta le paso por la cabeza camino lo más rápido posible hasta el baño, tocó la puerta pero nadie contestó, decidió abrirla pero ella no estaba ahí. Subió las escaleras a toda velocidad, tal vez estaba en su cuarto... No, tampoco. ¿En el jardín? Tampoco, no había nadie. Volvió al salón principal pero no la veía. La llamó a su celular unas 3 veces pero no contestaba. Le envió mensajes y nada... La peor idea se le cruzó por la cabeza. "¿Y si se fue y le paso algo?" Su corazón comenzó a acelerarse y le faltaba el aire por el simple hecho de pensar en esto, tal vez suene exagerado pero si algo malo le pasaba su mundo se derrumbaría, la ama demasiado.

Caminó entre la gente hasta la puerta principal y comenzó a buscar, pero no podía ver con claridad, todo estaba muy oscuro. Sus manos comenzaron a temblar. - Marinette, ¿Dónde estas? - Sus ojos se pusieron cristalinos, estaba asustado, no podía encontrarla. Estaba por cruzar la calle, cuando el fuerte sonido de una bocina de automóvil se escuchó y lo único que sintió fue un golpe.

¿Mejores amigos? | FelinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora