009

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-Debes elegir Marinette, es él o yo, no puedes seguir haciendo esto. - Cerró la puerta con fuerza.

Comenzó a dar vueltas de un lado al otro, preguntándose que había hecho mal como para merecer eso. Se acercó a una pared y la golpeo con su puño, dejando salir un grito de enojo junto a un par de lágrimas, la rabia y la tristeza podían verse en sus ojos. 

Frunció el ceño y susurró con determinación, más algo de malicia. 

- Serás solo mía Marinette...

Tomó su celular para hacer una llamada telefónica. 

(...)

- ¿¡Ves lo que te digo!? ¡Ughh soy tan idiota! - Camine de un lado al otro.

- No es tu culpa, Marinette... - 

- ¿Enserio? - Levante una ceja. 

- Bueno es posible, pero no solo tuya. - Me senté junto a él en el sofá. - Deberíamos hablar con él sobre nosotros. 

- ¡L-lo sé! Pero no es tan fácil como parece. - Félix bajo la mirada.

- ¿Aún lo amas? - Lo miré sobresaltada.

- ¿Qué? Si, digo no, digo... Ughh - Tapé mi cara con mis manos. - ¡No es hora de celos, Félix! 

- ¡Emmm, sí! - Dijo con obviedad. Suspiré.

- No lo amo, ¿ok? Solo lo quiero, pero no lo amo realmente... - Lo miré algo avergonzada. - Cuando te fuiste me di cuenta que lo que sentía no era amor, solo, solo admiración. Él beso que nos dimos aquella noche, ahí fue cuando entendí lo que era el verdadero amor, nunca tuve un sentimiento tan fuerte por alguien... - Me sonrojé, él se sorprendió y note el repentino enrojecimiento de sus mejillas. 

Suspiró aliviado y sonrió. Tomó mi rostro con delicadeza y me acerco al suyo hasta que sentí el roce de nuestros labios.

- Te amo, siempre lo haré. - Dijo para luego besarme. Nos separamos un momento y dije;

- Yo también te amo. 

Lo que dije antes fue verdad, este sentimiento que siento cada vez que estoy con el es inigualable. Siento un cosquilleo en mi espalda mientras que mi corazón late con fuerza, todos mis sentidos se apagan y lo único en lo que pienso es en no querer separarme de él nunca. 

Realmente lo amo. 

Al día siguiente me despedí de Félix, quién se había quedado conmigo en el hotel para, según él, cuidarme de Adrien y fui directamente al edificio de Carot en donde me esperaban para seguir trabajando. Al entrar noté a dos tipo con trajes negros y gafas, eran muy serios, tal vez eran el nuevo personal de seguridad. Llegué hasta el piso en donde me encontraría con los diseñadores y saludé a todos, incluido Gabriel, quién me miraba con enojo y desprecio. ¿Se habrá enterado? Cree bastantes diseños, la mayoría aceptados. Al terminar el horario de trabajo todos se fueron, yo me quedé ordenando algunas telas, de repente oigo a alguien aclarándose la garganta llamando mi atención, era Gabriel.

- Ho-hola, señor Agreste. - Dije algo nerviosa.

- Buenas tardes señorita Marinette. Hay algo que quiero hablar con usted, es sobre mi hijo. - Levantó una ceja. 

(...)

El silbido de la tetera se escuchó, Félix caminó hasta allí y preparó su café. Aún estaba en el hotel esperando a Marinette, quería quedarse con ella por que tenía miedo de que Adrien le hiciera algo, él sabe que es muy impulsivo. 

Estaba por tomar un sorbo de su café cuando oyó pasos acercándose a él por detrás, no pudo darse la vuelta por que alguien lo tomo del cuello. No lo asfixiaba pero no podía escapar del agarre.

¿Mejores amigos? | FelinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora