Capítulo 12

537 46 15
                                    

Departamento de Deborah....

Deborah: Y ahora te acuestas ¿quieres comer algo?

Antonio: No, estoy bien, quédate aquí conmigo y vemos una película ¿quieres?

Deborah: Podría ser, pero traeré helado y tienes que tomar el medicamento.

Antonio: Si señora.

Deborah: Así me gusta, que obedezcas.

Deborah le dio el medicamento, llevó el helado a la recámara y eligieron una peli...

Antonio: Ay amor, de terror no.

Deborah: ¿Porque? ¿Te dan miedo? (riendo).

Antonio: Si.

Deborah: Eres una ternura mi gordito hermoso pero solo un poquito si, yo estoy aquí, dame la mano.

Antonio: No amor.

Rato después...

Deborah: Mira creo que si la va a matar, lo sab...(miro a Antonio y rió) ¿que haces amor?

Antonio: No quiero ver, me dan miedo Deborah.

Deborah: Esta bien, vamos a poner la que tu quieras.

Antonio: Esta.

Deborah: ¿Romántica? ¿Es en serio Antonio?

Antonio: Son muy lindas.

Deborah: Quizás pero siempre sentí que eso solo se ve en las películas.

Antonio: Eso lo dices porque jamás te habías enamorado ¿y ahora?

Deborah: Bueno esta bien, veamos esa.

Antonio: Te va a encantar (poniendo la pelicula).

Deborah: Si seguro (rodó los ojos).

Antonio: Ven, vamos a verla así abrazados.

Deborah: ¿Abrazados? (alejandose) ¿porque?

Antonio: Mi amor, tienes mucho que aprender, cuando uno está enamorado hace estas cosas (volvió a abrazarla).

Deborah: Es que es muy raro todo para mi.

Antonio: Lo se, pero yo te voy a enseñar ¿acaso no te parece lindo esto?

Deborah: Si, mucho.

Antonio: ¿Me amas?

Deborah: Con toda mi alma, siempre quise saber que se sentía estar enamorada y gracias a ti lo sé.

Antonio: Bonita (la beso).

Deborah: Entonces abrázame y veamos la película.

Antonio: Lo que mi dama ordene.

Vieron la película abrazados, haciéndose mimos y besos, aunque a Deborah jamás le gustaron esas películas y era porque nunca se enamoró, pero no pudo evitar que sus ojos se le llenaran de lágrimas en algunas escenas...

A la mañana siguiente...

Deborah: Buenos días dormilón ¿cómo te sientes?

Antonio: Mejor ¿qué hora es?

Deborah: Tarde pero ya avise en tu oficina que no ibas por unos días.

Antonio: ¿Pero porque?

Deborah: Porque el doctor dijo reposo, además eres el jefe mi amor, nadie te dirá nada.

Antonio: Si tienes razón y gracias por preocuparte por mi.

Deborah: Me preocupo por mi hombre.

Antonio: Voy a bañarme y desayunamos.

Deborah: Ok.

Antonio: Me encanta cuando te pones mi camisa, te vez hermosa (la abrazo por la espalda).

Deborah: Ya ve a bañarte, además no puedes agitarte.

Antonio: Pero yo me quedo quietito y tu haces el trabajo.

Deborah: Ya ve amor y si te portas bien quizás después del desayuno tengas premio.

Antonio: Ya voy a bañarme (salió rápido).

Deborah: Eres un loco (riendo).

Tocan timbre y Deborah abrio la puerta...

Deborah: ¿Tú? ¿Y ahora qué?

Noelia: Vengo a hablar con mi esposo, porque te recuerdo que aún es casado.

Deborah: Se está bañando.

Noelia: Ahora veo porque me dejo por ti (mirándola de arriba a abajo) a los hombres les gustan las zorras.

Deborah: Ya dime a que viniste y largate.

Noelia: Traje el resto de la ropa de Antonio y a decirle que ni sueñe en ir a ver a mi hija.

Deborah: ¿No crees que ella ya es bastante mayor como para prohibirle a Antonio verla?

Noelia: Tu que sabes, mira querida si Antonio está contigo es por el sexo pero sabes que jamás serás una dama, mirate.

Deborah: Mira querida, me quedé con muchas ganas de dejarte calva así que no sigas porque esta vez nadie te salva.

Noelia: No te atrevas a tocarme maldita prostituta.

Deborah ya no aguanto y se fue encima de Noelia, las dos agarradas del pelo de la otra mientras Deborah le pegaba en la cara, cayeron al piso y Debi encima de Noelia seguía pegándole hasta que llegó Antonio...

Antonio: Basta!! Escuche gritos desde el baño, sueltala Deborah.

Noelia: Esto no quedará así, es una bruta, mira como me dejo Antonio.

Antonio: Ya vete de una vez Noelia porque no podré detenerla (agarrando a Deborah).

Noelia salió de allí y Deborah sentada en el suelo, toda despeinada miró a Antonio con los ojos empañados...

Deborah: Mira como me dejo el pelo, Antonio yo...

Antonio comenzó a reír y se puso de rodillas a su lado y la abrazó...

Antonio: Se lo merecía.

Deborah: No estás enojado.

Antonio: No (arreglandole el cabello) tu solo estás despeinada en cambio ella se fue con algunas marcas (riendo).

Deborah: Para que se acuerde de mi (riendo).

Antonio la ayudo a levantarse, se sentaron en el sofá y mientras platicaban él le peinaba el cabello

Prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora