Era viernes, bokuto llegaba del entrenamiento de la MBSY, adoraba su trabajo, le encantaba saltar y rematar. Sabía que el balón siempre se elevaría para el, no importa como o cuando lo sabía, adoraba esa hermosa sensación cuando lo remataba y ese hormigueo aparecía en la palma de su mano el lindo color rojizo que aparecía.
Tomó las llaves de su linda morada y las metió, dando vuelta para abrir la cerradura. Entró, dejó sus zapatos y enseguida cerró la puerta. Dejó su maleta de entrenamiento en la entrada, estaba ansioso de ir y abrazar a su amada/e, dormir en sus piernas, llenarle de besos la cara, tomar la ducha juntos, dormir juntos.Amaba cada segundo que pasaba al lado de ella/e, simplemente no tenía una razón oara dejar de hacerlo.
—¡hey, hey, Hey! — Anunció su entrada extendiendo sus brazos, encontrando a su esposa/e en el comedor alimentando a su pequeño hijo. — ¡Mi bebé! — Sonrió alzando a su hijo en un brazo — Mi otra/e bebé — atrajo el frágil y bonito cuerpo de quien se encontraba en la mesa, llenando de besitos su carita.
—Corazón, te miras más feliz que ayer. — Comentó acariciando el rostro de su acompañante.
—¿por qué no debería de estarlo? — Preguntó con puchero en sus labios, su cabello bajó.
—Solo, admiro verte sonreír.
Admitió besando los suaves labios de él ojidorado, fundiendo su amor, deseo, adoración y cariño. La felicidad no entraba en el cuerpo de kotaro y se liberaba en pequeñas risitas en el beso.
—Vamos, tengo que acabar de alimentarlo. — Pidió golpeando el pecho de él, eran golpes suaves.
—¡oh!, golpeas mi corazón. — Habló adolorido limpiando sus lágrimas falsas, se tiro al suelo con su hijo, ambos se hicieron los muertos.
—¿ahora a quien le daré estos deliciosos bocadillos?, supongo que me los comete yo sola. — Suspiró llevando uno de estos a su boca, su hijo fue el primero en levantarse.
—¡nooooo!, yo también quielo. — Habló triste jalando el pantalón de su mamá.
—Cuidado que te patea. — Susurró bokuto con diversión a su pequeña versión de el.
Comenzó a perseguir a su progenitora/e, de un lado a otro pronto quien estaba tirado fingiendo estar muerto se les unió, cargo al pequeño en su espalda mientras hacían un desastre en la sala de estar.
—¡eso es trampa! — Río nerviosa/e al ver que estaba acorralada. — Les entregó los bocadillos, viles monstruos. — Extendió el bowl y las grandes manos de su esposo lo tomaron.
Se sentaron en los cojines que estaba tirados en el piso, al menos el piso estaba limpio si no realmente se hubiera puesto de malas.
Mientras le colocaba un pequeño mandil a su hijo para que no manchara la ropa, le dio una mirada fuerte a Bokuto quien tenía más de 5 fresas en la boca. Se le salieron volviendo a dejarlas en el bowl, extendiendo las fresas con una sonrisa nerviosa.
El menor se dio cuenta y habló enojado.
— si me las como, voy a saber feo. — lo que realmente dijo fue: "Van a saber feo".
—¿acaso no quieres ser grande y fuerte como tu padre? — Alardeo mostrando sus músculos en los brazos.
Enseguida se metió las fresas a la boca y su mamá no pudo evitar hacer una cara de asco, bueno al menos se la había comido.
La noche llegaba, y su lindo hijo se quedaba cada vez más sin energías hasta que cayó tendido en el sofá, el más alto coloco una manta sobre el y un corto beso en su frente. Camino sin hacer ruido a la cocina, abrazando por detrás a su hermosa/e chica/.
—Amo esto. — Suspiro metiendo su rostro en el espacio entre cuello y hombro, oliendo ese característico aroma.
—Vamos a tener otro hijo. — Soltó de la nada la/e pelinegra/e.
—Ya no amo esto.— Se retracto, haciendo reír a su pareja, hizo que volteara su fino rostro hacia el. —¿Enserio?
Las pequeñas lágrimas de felicidad se caían sobre sus mejillas, quien abrazaba le limpio cada uno de ellas.
—¡Voy a ser papá!, Dios. Te amo, te amo a ti y a ti. — Susurró pegando su frente con la suya, no esperaba para decirle a Akaashi.
Tomó el teléfono de la barra y marcó inmediatamente, la llamada fue atendida.
—Boku-
—¡AKAASHI!, HEY, HEY, HEY. ¡Voy a ser papá!— Grito y el niño fue despertado.
—¡Bokuto Kotaro, callate!— Ordenó demandante su esposa/e.
—Genial, Bokuto-San. Voy para allá.