¡ T s u k i s h i m a !

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Había pasado ya una semana, una larga y tortuosa semana

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Había pasado ya una semana, una larga y tortuosa semana. La ansiedad le carcomía la piel, entraba en su cuerpo cada que pasaba a un lado de aquel rubio, aquel el único que la hacía escribir cartas de amor toda la maldita noche. Era imposible no dejar de pensar en cada detalle de ese frio rostro, la piel de porcelana que tenía unos toques rosas pastel que poco a poco te dejaban prendida a él. Sus ojos ámbar, esas bellas joyas que detrás del crista escondían un océano de emociones donde quería nadar y experimentar en carne propia lo que todo adolescente de su edad anhela el famoso "Amor"; pero no con cualquier chico, no con cualquier persona en el mundo, era Tsukishima Kei. El famoso bloqueador central del Karasuno. 

Se nombraba a ella misma como una estúpida, ¿Cómo podría haber caído en las fauces de aquel popular chico?, todos los días desde que despertaba el chico invadía sus pensamientos, pasando de vestir mejor y lograr una imagen perfecta que tratara de encajar con el tipo de chicas que rodeaban a su enamorado. Su amor por el era ridículo, daría todo por un solo beso del chico de sus sueños. Cada bloqueo, saque, servicio, colocación para elle era increíble. ¿Cuándo paso de llamarle la atención a dedicarle canciones?, no lo entendía.

Caminaba por el pasillo, tenía audífonos ligeros en ellos sonaba  "Hopessly Devoted To You", de la famosa película/musical Vaselina, se sentía identificada con la canción con justamente ella. Todo encajaba, las palabras su cabeza decía: "Tonta, olvídalo" y su corazón gritaba "Vamos por el". Cargaba fertilizante en sus manos, era horriblemente pesado y para el colmo era la única persona en el club de jardinería. Siguió su camino por toda la escuela, trataba de ir mas rápido cuando pasaba por el club de vóley, sus piernas no daban mas pero no dejaría caer su orgullo tan bajo.

-¡Oye!, ¿Necesitas ayuda?- Habló alguien con tono de voz bastante conocido, Hinata Shoyo. Para ella era un sol y fue bastante oportuno al aparecer de esta manera.

-Sí, te lo ruego. Hinata - Habló exhausta/e entregando la bolsa de 7 kilos, el peso sorprendió a Hinata el cual mando una mirada de preocupación.

-¡Esto es muy pesado!, deberías descansar.- Pensó un momento con la mano en la barbilla.- Vamos sube a mi espalda.

Sonrió amable dándole la espalda, no pudo estar mas confundida y feliz. Hace tiempo quería ser amigue de el numero 10 pero siempre que lo intentaba sentía que veía al sol mismo.

Emocionada subio a su espalda, aunque le preocupaba bastante que se llegase a lastimar y es una pieza de sumo valor para su equipo.

-Hinata, ¿estas seguro de esto? Te puedes lastimar. - Expreso angustiada.

Una dulce risa expandió el lugar.

-No digas tonterías, además. ¿Tu no eres la chica/e que declaro sus sentimientos a Tsukishima? - Pregunto comenzando a trotar, así llegaría mas rápido sin cansarse.

Dejo al silencio ortorgar su respuesta, nadie hablo en el camino. Era un tema incomodo y delicado, Shoyo aun no comprendia muy bien el sentimiento de que alguien te guste, enn su mente solo cabia la idea de ser como el pequeño gigante.

Por otro lado quien era cargada/e, pensaba en lo lindo que era estar montada/e en la espalda del pelinaraja. Sentía calidez y confianza, era magnifico. Al llegar al club, la/le azabache le invitó a pasar dejando ver todos los tipos de flores, colores, texturas, tipos y variedad. Amaba la jardinería tanto como a Kei, siempre se sintió sincronizada/e con la naturaleza. Tomo una botella de agua en sus manos y la coloco de regreso en las del mas bajito.

- Gracias, Shoyo. - Sonrio dulce.

- ¡Es increible, eres increible!, debe ser mucho trabajo tener este bello paraiso en tan buen estado, apuesto que a Kageyama le gustaria.- Comento abriendo la botella y dando un largo sorbo.

- ¿Kageyama?, por que le gustarian las plantas? - Pregunto curiosa/e comenzando a preparar la tierra no sin antes colocarse unos guantes.

- A Kageyama le gusta mucho la leche, por ende le gustan las vacas, las vacas se alimentan de plantitas y Kags siempre que ve una plantita la riega. - Explico moviendo sus manos de una lado a otro.

Confirmado todos en el equipo eran unas masitas.

Las horas pasaron, Hinata ayudaba a pasar de maceta a las plantas mientras su ahora nueva mejor amiga le enseñaba como saber que raíces se pueden cortar, hacer un injerto y sembrar mas, limpiaba la nariz de el enérgico shoyo debido a que esparcía mucha tierra alrededor de su rostro. Ambos reían y las conversaciones eran cómodas. Todo iba de maravilla hasta que oyó algunos pasos aproximarse, volteo hacia la entrada y no lo podía creer incluso tallo sus ojos dos veces, de lo cual se arrepintió. Entro tierra y tubo que ir a lavarse, parecía que la vida la odiaba o eso pensaba ella.

- ¡Oh!, ¡Tsukishima!, ¿Acaso quieres pelea? - Ataco moviéndose de un lado a otro Hinata con los puños en alto.

- No, muévete. - Pidió quitando del camino a Shoyo con una mano en la cabeza del contrario y aventarlo por algún lado. - Ey, tú. 

Hablo firme y seco, sus manos temblaban y su cuerpo apenas reaccionaba.

Hola Itachi, soy yo de nuevo.

-¿Si, tsukishima-san?- Pregunto mientras las palmas de sus manos sudaban frio, la emocion de le entraba al cuerpo.

El numero 11 entrego un lindo clavel y una carta sellada, el rostro de Tsuki volteaba a un punto inexistente donde su lindo sonrojo no se apreciara tan bien, la/e mas bajita aventó sus guantes dándole en la cara a su mejor amigo por accidente tomo entre sus manos ambos presentes.

- Yamaguchi dijo que te diera algo, supongo que es lo correcto... - Fue bajando la voz en cada palabra jugando con sus dedos.

Abrazo a su enamorado fuertemente, percibiendo su fresco aroma. Estaba inmensamente feliz, podía morir hoy y no tendría resentimientos. Separo su cuerpo del de Kei y entrego su numero.

- Hablemos, Tsukishima Kei. - Guiño un ojo y el rubio salió de el salón de jardinería, instantáneamente se dejo caer al suelo sin haber procesado nada de lo que había ocurrido.

Hinata corrió apresurado a tirarse con ella/e

- ¿Se van a dar un beso? - Pregunto curioso.

Un codazo fue la respuesta.

- No se, pero si quiero. - Rio cómplice.

Su teléfono comenzó a vibrar y contesto.

-Oye, gracias. Aunque de cerca eres mas pequeña/e de lo que había olvidado. - Se oyó la voz neutra de Kei.

Ese mismo dia, no durmio nada y fue regañada por Tsuki y shoyo.

Ese mismo dia, no durmio nada y fue regañada por Tsuki y shoyo

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