Habían pasado unas semanas de aquel dulce acontecimiento que sano el corazón de ambos hombres, no habían mencionado el tema de qué eran realmente y tampoco creían que lo harían muy pronto, aún esperaban tomar las cosas con calma y dejar fluír lo que sentían.
Se querían, lo hacían con intensidad, sin importar lo que pasara eso estaba bien para ellos.
YoonGi despertó sintiéndose dichoso sobre los momentos que había vivido con Park JiMin durante esas semanas, era en realidad como si estuviese viviendo en un sueño, su más grande sueño, como si andara sobre nubes suaves y esponjosas como los labios de JiMin, aquellos labios que había gozado con pasión cada que podía. Se sentía como un niño pequeño en la eterna navidad, o en vacaciones de verano, aunque el hombre de caderas llamativas le recordaba más a la maravillosa primavera.
Verdaderamente su amor por él lo tenía volando en lo más alto, por ello de vez en cuando estaba dándose pellizcones para saber que si o si debía de volver a tierra firme, el amor era hermoso, pero de amor no se vive, así que se levantó de la cama con toda la pereza que traía encima y fue hasta el cuarto de baño frente a su habitación para darse una ducha reparadora.
Era Sabado, por lo que no tenía clases, pero si un trabajo al cual asistir y el que le permitía costearse sus gustitos, además era el trabajo de sus sueños e ir le hacía la persona más feliz a pesar de lo cansado que a veces era. Salió casi media hora después para regresar comenzando a escoger su ropa, un simple suéter azul con letras blancas felpudas y un jean celeste con zapatillas blancas.
— Que guapo soy de verdad, una suerte que me tengas Minnie...— Murmuró sonriendo con satisfacción a penas se miro en el espejo de marco negro pegado a la pared al lado del ventanal de su habitación, ella había sido testigo del inminente enamoradmiento adolescente que tuvo por su mayor, sin embargo, había crecido hasta transformarse finalmente en verdadero amor que ahora después de tantos años de relaciones respetuosas más no satisfactorias, podía expresarlo con la fuerza y alegría con la que siempre deseo.
Y con la misma intensidad lo recibía de la persona de sus sueños.
Sabía que seguía con la sonrisa de idiota enamorado dibujada en sus labios rosáceos, pero estaba sumamente orgulloso de aquello y no iba a ocultarlo cobardemente, y al que le incomodase su felicidad podría irse bien al demonio. Agarró su teléfono con un bolso pequeño que se cruzo por el cuerpo, en el llevaba algunas hojas dispersas en las que constantemente había escrito pequeños parrafos cuando el corazón le desarrollaba una inextinguible inspiración que sabía transformaría en alguna bella creación que tenía nombre y apellido tatuado en el lugar de origen de aquella.
Un poco de colonia por aquí y allá, revisó que todo estuviese bien apagado y en su lugar cuando por fin salio de su casa encaminándose a su auto estacionado frente a esta. Abrió las puertas y se adentro a este sintiéndo el calor sofocarlo, maldito verano, bajo la ventana del lado del conductor y suspiró con alivio ante la refrescante brisa que reguló su estado de acaloramiento dentro del horno que era su coche.
Suspirando con tranquilidad encendió prontamente el motor empezando a conducir por las ajetreadas calles de Seúl, esas calles llenas de personas corriendo contra el tiempo para llegar a la hora a los trabajos que detestaban pero que aún asistían por necesidad, de niños con sus pequeñas mochilas colgadas a la espalda completamente inocentes y puros de lo que les deparaba en el futuro, de tiendas y tiendas atestadas de gente comprando compulsivamente queriendo llenar los vacíos que tenían en el alma para aparentar ante los demás y luego estaban los jóvenes de mirada tristona, cabizbajos con el pesar de sus responsabilidades y la furia contenida dentro de ellos; aquella imagen era horriblemente realista y decepcionante, a veces estaba tan absorto en si mismo y lo que ahora era su vida que nunca se detenía a regresar atrás un momento y ser consciente del triste mundo que lo rodeaba
ESTÁS LEYENDO
Striking Hips | yoonmin
FanfictionYoonGi no podía dejar de ver las caderas de aquel chico pelirrojo, eran muy llamativas. Simplemente no podía despegar sus ojos de él. 🌟 Historia original y completamente de mi autoría 🌟 🚫 PROHIBIDA TODA COPIA, PROHIBIDA TODA ADAPTACIÓN SIN MI C...