Capítulo 4

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Capítulo 4: Henry Es Nuestro.
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*Dios, por favor, haz que todo salga bien* Pensó Anna.
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Elsa llegó al castillo después de conducir por veinte minutos.

*¿Me desafía a casarme con él? Después de lo que pasó hace cuatro años, ¿Me desafía a que me case con él? ¡Será bastardo!* Pensó Elsa mientras sacaba las llaves de la entrada del castillo. Abrió la puerta y oyó un grito agudo seguido de un estruendo.

—¡NANA! –Gritaba la voz chillona.

—¡VUELVE AQUÍ, HANK! –Dijo una segunda voz.

—¡NANA...! ¡MAMI! –El niño miró a Elsa y se lanzó a sus brazos.

—¡Hola, Henry, cielo! ¿Qué tramas?

—Mami. –Dijo Henry. —Puse pintura en la cara del Tío Jamie y ahora está muy enfadado.

—¡Pues claro que estoy enfadado, Hank! ¿Qué tal, Søster? –Jamie abrazó a Elsa. Efectivamente, tenía la cara llena de pintura negra.

—Muy bien. Henry, ¿Por qué le pintaste la cara a Jamie?

—Me llamó bobalicón.

Elsa soltó una risilla.

—Pues tiene razón, Hank, eres un bobalicón.

—¡MAMI! –Chilló Henry. Elsa se rio mientras abrazaba a su Hijo.

Henry era un niño de 3 años, de pelo blanco y desordenado, gracias a su Padre; Tenía una nariz muy linda, como la de Elsa. Sin embargo, Henry tenía unos intensos ojos cristalinos que eran gracias a su Padre, así como una personalidad muy festiva cuando se trataba de su familia, y seria cuando se trataba de negocios (Los negocios significan pinturas) y eso, una vez más, era gracias a su Padre.

—¿Cuánto tiempo te vas a quedar, Mami? –Preguntó Henry.

—Todo el fin de semana. –Elsa sonrió.

—¡¿DE VERDAD?! –Chilló Henry.

—¡Sí! –Elsa sonrió. Después de que Henry naciera, Elsa pensó que lo mejor era que se quedase con su Nana, Iduna Arendelle. Iduna había criado a dos niños, así que criar a su Nieto no le iba a suponer ningún problema. Elsa le enviaba dinero a Iduna todas las semanas y los visitaba semanalmente. Henry quería a toda su familia, pero carece de Padre...

—¿Qué pasó, Søster? –Le preguntó Jamie a su Hermana.

—Te digo luego. –Susurró Elsa. Jamie asintió mientras Iduna entraba en el salón.

—¡Elsa, cariño...! ¡Jamie! ¿Qué le ha pasado a tu cara? –Le preguntó Iduna a su Hijo.

—Hank me echó pintura negra encima. Voy a lavarme. –Gruñó Jamie mientras le lanzaba una mirada fulminante a su Sobrino antes de subir las escaleras.

—Mami, es hora de la siesta.

Elsa se rio.

—Lo sé, cariño. Te doy de comer y te meto en la cama, ¿Sí?

—¡Sí! –Chilló Henry. Elsa le sonrió a su Madre y después se fue a la cocina con su Hijo en brazos.

Elsa calentó un vaso de leche y la mezcló con ColaCao. Puso a Henry en su trona y le dio el vaso. Se lo bebió y Elsa le limpió las manchas de sus mejillas. Sonrió mientras subía las escaleras con su Hijo.

—Buenos noches, Unge Hank.

—Te quiero, Mami. –Dijo Henry en un bostezo.

Elsa lo tapó con una manta y después le dio un beso en la frente. Luego bajó y se encontró a su Madre y a su Hermano sentados en el sofá.

Te Desafío |Versión JelsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora