Retrato de invierno // offgun✔️

elogio cinético

Los aplausos retumbaron por todo el escenario, mientras sus compañeros de orquesta dejaban de lado sus respectivos instrumentos para poder unirse al recital de aplausos. Escuchó unos cuantos elogios y otras mejoras que el director de la orquesta les ofreció para que luego todos pudieran marcharse a sus hogares.

Off, con la lentitud y calma que lo caracterizaba, cerró la tapa del piano y se puso de pie. Sintió la vibración de su celular dentro de su bolsillo, mas decidió ignorarla. Había recibido una noticia para nada agradable esa mañana y suponía que aquel mensaje tendría alguna relación.

-¡Off! - Dylan lo llamó tras su espalda, lo cual le causó un sobresalto. 

-¿Qué pasa? - cuestionó el castaño con una amable sonrisa, justo después de haberse dado media vuelta.

-Necesito tu ayuda... - comenzó y Off sintió que sus palabras no serían de su agrado - Mañana Gun no podrá asistir al ensayo, así que pensamos en que podrías quedarte con él hasta más tarde para que lo ayudes.

Cuando aquel nombre fue pronunciado, el castaño sintió que se desmayaría. Aceptar aquella oferta significaba estar a solas con él y eso lo ponía más que nervioso. Por algún motivo, que no acababa de comprender, se volvía un imbécil que a penas podía decir una frase coherente. Le había pasado ese día en el metro, que más que una conversación pareció un monólogo por parte de Gun. Además de aquella fría noche después de la fiesta, cuando sus labios se toparon con su mejilla, un poco más de confianza causó que la perdición se desatara.  Sin embargo, pareció que a ninguno le molestó en absoluto, la comodidad se podía palpar en el ambiente y eso solo consiguió que Off se asustara y a penas pudiera conciliar el sueño esa noche.

Sumergido en el desdén de la deshonra y sin querer darle más vueltas al asunto, con un escueto sí, aceptó la propuesta. Se estrecharon las manos y Off volvió a sentarse delante de su piano. El celular volvió a vibrar y lo volvió a ignorar. Casi podía leer el contenido de aquel mensaje y eso lo hacía sentirse descompuesto, como si un nudo en la garganta estuviera exprimiendo sus sentimientos.

-No es necesario que te quedes.

Off levantó la cabeza y se topó con Gun frente al piano. Tenía una sonrisa tímida y sus mejillas sonrojadas. El pelo le caía en la frente sudorosa, señal clave de que el ensayo había sido duro, muy diferente al de él, quien sólo debía mover sus dedos en un juego siniestro para que la música brotara. Miró por sobre los hombros del muchacho y se percató de que la gran mayoría de sus colegas ya habían partido rumbo a sus hogares. Vio como Candice y Kevin se despedían eufóricos moviendo sus manos. Les correspondió el gesto y los vio perderse tras el escenario. Volvió su mirada a Gun, quien se encontraba de bazos cruzados, mirándole sin pestañear; estaba esperando una pronta respuesta que parecía nunca llegar.

-No hay problema - asintió para luego darle una sonrisa.

Pensó que el joven le respondería de la misma manera, tan cordial y elocuente como siempre, pero sólo se limitó a asentir tímidamente. Lo vio caminar por el escenario y posicionarse justo en el centro. Gun lo miró y con un su pulgar le anuncio que ya estaba listo.

Off no demoró mucho en comenzar a tocar la melodía, la misma que llevaba ensayando hace varias semanas. Sus dedos, ágiles articulaciones que conocían el piano como si fuera parte de su cuerpo, se movieron con lentitud, disfrutando de la danza que Gun comenzaba a articular con toda tranquilidad, como si el escenario fuera suyo y no importara nada más. De a poco el resto de sus compañeros se fueron hasta dejarles completamente solos. Incluso Dylan ya se había emprendido su rumbo, pese a que había insistido en quedarse a mirar a Gun. 

El ambiente pareció oscurecerse y tensarse para alojarse en sus cuerpos. Era tan cálido lo que se respiraba que parecía un sueño, uno pulcro y maltrecho como si fuera lo único que podían respirar.