《La muerte no es más que la siguiente gran aventura》
-Albus Dumbledore
Auriga Malia Malfoy Black estaba lista para morir... ella recibió a la muerte como una vieja amiga.
Pero todo se complicó, cuando en lugar de morir en el bosque prohibido, como...
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•1974•
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Auriga supo de inmediato que no estaba muerta...pero, como habia pasado?
Si no estaba muerta, debia volver a Hogwarts para pelear. Penso que probablemente Harry si estaría muerto, esos pensamientos la hicieron darse cuenta de algo, ella no cumplió su promesa. Debia de volver a Hogwarts para advertir a todos
Se metió en un callejón desierto, y girando sobre si misma, apareció en Hogsmade. Inmediatamente supo que algo raro sucedía. El lugar estaba impecable, había gente en las tres escobas y caminando en la callé, como si no hubiera una guerra desatada a sólo unos kilómetros. El castillo que se veia a lo lejos estaba intacto... quizá Voldemort y los mortifagos habían huido luego de matar a Harry. Incluso el ambiente se sentía distinto, como si los dementores nunca hubieran estado ahí
Sin embargo no lo pensó dos veces. Corrió hasta cabeza de puerco, para poder ingresar a Hogwarts por el pasadizo de Aberforth (esperaba que aún funcionará, a pesar de haber incendiado la sala de menesteres)
Pero al llegar a la taberna, Auriga quedo más confundida aún, Aberforth estaba detrás del mostrador, atendiendo a la poca gente que había en el lugar... que estaba sucediendo?
---Aberforth-- lo llamó la chica cuando llegó al lado de la barra--- Que sucedió?
--- Te conozco?--- pregunto el hombre, confundido y malhumorado
--- Estas bien?--- pregunto Auriga preocupada, aunque en ese mismo instante noto algo... El hombre parecía mucho más joven que la última vez que lo vio, hace unas horas, tenía menos arrugas y muy pocas canas.
---Otra demente--- murmuró el hombre, como si fuera algo de todos los días --- vas a ordenar algo?
--- Que? Oh...claro, un café está bien--- pidió la chica, que comenzaba a tener locas teorías... No podía ser cierto lo que pensaba... debia estar volviéndose loca
Ah unos pocos metros de ella, un hombre se levantó de su asiento y salió del lugar muy deprisa, dejando un periódico en su mesa. La chica rápidamente fue por él, y lo primero que hizo fue fijarse la fecha
