Parte 9

441 56 67
                                    

Tras su primer y apresurada sesión oficial de Karamatsu, el sextillizo descansaba en el estudio conversando con Atsushi, logrando mantenerse sereno y fingiendo que el suceso del día anterior no había ocurrido, continuó tratando al joven empresario como lo que era, solo su amigo.

La apacible interacción se vio interrumpida cuando un castaño ingresó en el lugar, vistiendo una camisa negra e impecable traje gris se fue acercando a los presentes – Vaya sorpresa, cuando Akemi me habló del nuevo modelo no creí realmente que serias tú – finalizó al estar frente al Matsuno e inclinándose un poco para mantener su rostro cerca.

Ante aquel gesto Karamatsu no pudo evitar inclinarse hacia atrás por la repentina cercanía – Lo siento, pero, ¿Nos conocemos? – cuestionó ligeramente avergonzado por no ubicar al otro.

-¿Eh? Debes estar bromeando... aunque ahora que te veo bien, quizás... - murmuró lo último volviendo a acercarse al rostro ajeno.

- Disculpa... - Atsushi carraspeó para hace notar su presencia – creo que lo estas confundiendo Yanagida.

El nombrado se enderezó sin quitar la vista del sextillizo mientras Karamatsu presentía haber escuchado el nombre con anterioridad, pero sin lograr recordar de dónde.

- No te preocupes Karamatsu – Atsushi posó una mano en su hombro – no creo que le recuerdes, después de todo ustedes no solían interactuar, más bien, con quien él pasaba tiempo era con uno de tus hermanos.

- Mi error – se inclinó Yanagida para disculparse – creí que eras Ichi – admitió con un deje de tristeza en la voz.

- Oh, no hay necesidad de disculparse – Karamatsu se levantó al instante imitando la reverencia – es bastante común que nos confundan.

- Así que, Matsuno, ¿Cuánto llevas en esto? ¿Te recomendó otra agencia?

Karamatsu rascó su mejilla mientras denotaba una sonrisa apenas visible - Este es mi primer día... - admitió esquivando la mirada.

Yanagida pareció comprender algo ante aquella vista, si bien en la escuela solo conviva con Ichimatsu, ahora recordaba a uno de los hermanos, uno que solía pasar desapercibido, de actitud tímida y avergonzada, casi como lo que veía ahora. ¿Cómo aquel chico terminó ahí siendo modelo?

- ¿Yanagida? – le llamó Atsushi ante el repentino silencio.

- Lo siento, recordé que tengo algo que hacer así que me marcho, bienvenido Matsuno – finalizó con una sonrisa antes de retirarse.

Atsushi simplemente le siguió con la mirada hasta perderle, presintiendo algo extraño.

- ¿Está todo bien? – le cuestionó Karamatsu ante la repentina seriedad.

- Claro, no ocurre nada – respondió retomando su aparente tranquilidad. El otro no preguntó más.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

La familia Matsuno regresó de su breve descanso en el onsen y con ello, la cotidiana normalidad fue devuelta al hogar; con excepción de que los dos mayores parecían interactuar menos de lo usual y que el segundo no mencionó en ningún momento su nuevo trabajo. Un mes pasó rápidamente desde que el segundo hermano inicio una nueva etapa.

Karamatsu disfrutaba de toda la experiencia, si bien su jefe le había advertido que llegar a una portada le tomaría mucho tiempo, poco a poco lo fue integrando en pequeños proyectos, asignándole inclusive un entrenador personal.

- ¡Estoy exhausto! – exclamó Karamatsu sentado en una máquina de poleas mientras pasaba un brazo por su frente para limpiar algo de sudor.

- Vamos, pronto te será pan comido – respondió divertido un hombre de cabello y barba negra que se acercó para extenderle una botella de agua.

InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora