Parte 13

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El sextillizo miró a detalle todo a su alrededor, había personas bailando en casi toda el área central y una serie de mesas pegadas a las paredes, al fondo se distinguida la barra de bebidas. La música era estruendosa y la luz escasa, siendo que apenas veía el piso gracias a las diversas luces bailarinas.

- Por aquí – Kanaye sujetó la mano del Matsuno y le llevó hasta una mesa cercana en donde le indicó con una seña tomar lugar – Te traeré algo de beber – indicó casi pegando su rostro para poder ser escuchado.

- Una cerveza está bien – respondió el Matsuno rápidamente en cuanto lo vio girarse, sin embargo tuvo el presentimiento de haber sido ignorado.

Solo pasaron unos instantes para que el masajista regresara con dos tragos, Karamatsu tomó la copa ofrecida con cierto recelo, pese al colorido líquido azul, solía preferir todavía una simple cerveza, lo cual al parecer no entraba en el exótico menú. Recordó los lugares que solía visitar con sus hermanos y por ende su mente viajó a la disputa reciente con el mayor; frunció el ceño antes de tomar el trago en un solo movimiento. Torció la boca al solo sentir un sabor dulce y no la embriagante sensación que buscaba.

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El sextillizo apenas prestaba atención a la conversación de su amigo ante el ligero mareo que comenzaba a presentarse.

- ¿Estas bien? – Kanaye se acercó un poco para colocar su mano en la frente de Kara – Estas muy rojo – refirió al deslizar el toque hacia la mejilla.

Kara no se opuso a la caricia, contrario a ello cerró sus ojos ante un extraño y placentero sentir.

El masajista se acomodó mejor al lado del otro, sin espacio alguno que los separase – Debes tener calor con esta cosa puesta – refirió al sujetar la orilla de la polera – déjame ayudarte – acto seguido levantó la prenda para retirarla lentamente, sin oposición alguna la tarea fue sencilla.

Karamatsu comenzaba a emitir leves suspiros ante los toques, apenas abriendo un poco los ojos solamente percibía las cegadoras luces a su alrededor. Se estremeció cuando sintió la boca que recorría sin descaro por su cuello.

- Eres tan lindo – afirmó el masajista ceca del oído del otro, paseando sus manos por debajo y encima de la camiseta tanto como le era posible.

El sextillizo sentía su respiración acelerarse a la par que el calor aumentaba en todo su cuerpo. Por su mente pasaba ocasionalmente la idea de levantarse y salir corriendo, pero no lograba hallar la razón para ello, sus pensamientos eran confusos, siendo que aquellas caricias sólo podía relacionarlas con una persona - Atsushi... - murmuró seguido de un profundo suspiro.

Kanaye detuvo sus acciones al escucharlo, con una clara mueca de desprecio tronó la boca antes de usar la diestra para sujetar con brusquedad por el mentón a Karamatsu – Que inapropiado mencionar el nombre de otro – reprendió sin soltarle pese al quejido emitido por el trato. Mantuvo la vista en la mirada perdida del Matsuno – haré que te grabes quien soy – aseguró mordazmente antes de besarle con brusquedad.

Karamatsu colocó las manos en los hombros de su acompañante, fue cuando comenzó a sentir que le faltaba el aire que tuvo un breve lapso de claridad, aquel beso no era para nada como los que compartía con Atsushi, dulces y cálidos, este era demasiado violento y comenzaba a asustarlo. Logrando enfocar su mirada, distinguió al masajista, con un veloz movimiento le apartó con fuerza.

- Vamos, ya empezaba lo interesante – se quejó el pelirrojo con los codos apoyados en el asiento, postura resultante de ser empujado.

- Debo irme... - pronunció Kara en voz baja y con una mano en su frente mientras se colocaba de pie.

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